Suena redundante, pero en la Doctores está una de las cantinas favoritas de los doctores.
En este lugar rodeado de hospitales se reúnen desde médicos jóvenes y ojerosos con sus impecables batas blancas, hasta los abuelos médicos con sus guayaberas y semblante mucho más relajado.
Por su horario, de mediodía a siete u ocho de la noche, el ambiente es más bien apacible, un rasgo que la separa de la imagen típica de una cantina, en la que predomina el ruido y el ajetreo.
La comida de El Sella es extraordinaria. Es de esos lugares en los que puedes elegir cualquier cosa del menú con los ojos cerrados y se tratará de una delicia. El platillo tradicional es el chamorro y entre los imperdibles está el chorizo a la sidra, la chistorra, las manitas, el jugo de carne, el caldo de camarón, los quesos... ¡todo!
Aquí los doctores no vienen de fiesta, al contrario, siempre se les ve muy bien portados porque saben que regresarán a pasar otras 30 horas en el hospital.