Una cantante frondosa ameniza las tardes y noches en este bar de madera y sillones de piel que cuenta con una estupenda terraza rodeada de jardín.
Entre inquilinos y algún ex secretario de estado, puede degustarse un single malt de una carta pequeña pero diversa que sólo se muestra a la vista, en la barra. Raúl, el mesero que nos atiende, comenta que hay un auge del whiskey bourbon, pero “entre los jóvenes no hay una cultura por las buenas bebidas, lamentablemente”. Lo lamentable sería no darse el lujo de degustar un Glennfidich 15 o 18 años, un Talisker 10 años (de los preferidos) o la rareza con toques de vainilla, An Cnoc 12 años.
Entre jazz en vivo y botana de cortesía, este bar ofrece además un hielo especial que se derrite muy lentamente, para quienes decidan profanar su malta.
Single tip: ¿a dónde ir esos domingos o días de asueto oficial en los que hay bares que no abren en la noche? Esta es una gran respuesta.