15 bares para una primera cita en la CDMX

Un bar con coctelería de autor, frappés con piquete y whiskys añejos. Yellow Bird Bar es versátil y tiene el ambiente ideal para charlar tranquilamente pero sin perder la energía nocturna del lugar.

Se siente como la cápsula perfecta del minimalismo futurista o de cualquier loft que quisiéramos en Nueva York. La playlist es otro atributo que te pone en ambiente, de rock alternativo hasta el pop de Pillowtalk. Licores europeos, mezcal, gin y un atractivo coffee & booze con café de Veracruz.

Ideal si a tu date le gusta el jazz: en Musak hay música en vivo ya entrada la noche (especialmente de jazz), coctelería curada por Mica Rousseau y un espacio súper romántico con cómodos sillones lounge y una elegante barra.

El lugar es pequeño, de menú corto y, digamos, “informal” ya que, por su concepto, no tienen meseros ni hostess, se quitaron de poses para que las personas detrás y delante de la barra convivieran de manera más cercana, lo cual sin duda se logra. 

Es un cocktail bar —o iazakaya, refiriéndose a una taberna en japonés— donde te recibe un maneki-neko de luces neón; es un espacio pequeño y cómodo con decoración nipona, íntimo pero con muy buen ambiente y música que te anima a comenzar la noche.

Si no van a la playa, dejen que la playa llegue a ustedes. Terraza Fortuna es ideal para plane tranquilos con música tropicalosa, donde la comida mediterránea cura los antojos y los (enormes) cocteles acompañan todo este conjunto.

Cuando tienes tacos y cocteles en un mismo pequeño e íntimo lugar, cualquier magia puede suceder. Si prefieren onda acogedore, hasta galletitas y leche tienen. El salmoncito es el preferido de la casa.

Juega retas de billar para romper el hielo. Si te aburres de sólo platicar, puedes hacer las cosas más interesantes con una que otra apuesta. Lucille es un buen lugar para un date por su atmósfera íntima pero desfachatada. 

Sube al piso 41 de la Torre Latinoamericana a eso de las 7pm y chelea en las alturas. Las ventajas de este bar, que está sobre los cimientos de donde alguna vez estuvo el zoológico de Moctezuma II, es que tiene la misma vista espectacular del mirador del edificio, pero sin tener que pagar una pequeña fortuna ni hacer cola para subir.

Por si quieres quedar como todo un conocerod, este bar especializado en champagne se deja entrever muy romántico, de cocina increíble y con dj por las noches.

Una terraza a gusto para una cita cero, de esas de antes del first date en las que vas con varios amigos en común. Aquí hay foquitos, reggae y caudales de Tempus doble malta de barril (pide primero los boletitos en la caja). 

Un hot spot de gente de treinta y tantos para beber vino y tapear. El lugar es pequeño y muy íntimo, con paredes de ladrillo y luz ámbar. Las noches de martes hay catas de mezcales que incluyen maridaje. El mejor día para ir es el jueves, con dj sets para prender el fin de semana. 

Se hacen llamar el oasis en la ciudad y es porque el ambiente relajado te envuelve en un terreno rodeado de plantas, mesas campestres y una parrilla lista. Al fondo, encontrarás una barra con cocteles clásicos o combinaciones especiales del lugar.

Para los hipsters enamorados, películas independientes, chelitas y mezcal. Su bar está bueno para platicar de la película, presumir tus conocimientos de tal o cual director y conocerse mientras comen una pizza de arúgula.

Para una salida elegante y cosmopolita, el bar del Hotel W es cómodo, de look contemporáneo, en donde, después de probar puedes probar cocteles como el tierra hermosa (ron, licor de café, amaretto, crema de coco, cold brew y huevo.