La colonia Roma, siempre clásica y moderna, acostumbra ser sede de espacios culturales alternativos, pero necesitaba un lugar como este. Tonalá es una palabra náhuatl que significa 'el lugar por donde el Sol sale' y de algún modo, este cine lo es. Cómodo, íntimo, con un mobiliario que surge de la curaduría de sus socios, decoración mínima (pero elegante) que incluye abundante madera, pósters de cine en sus paredes, un impresionante candelabro junto a la barra y el volumen justo en la música que permite escuchar a quien te rodea, el lugar invita a que te quedes. Es importante mencionar que su misión principal es ser un cine, e incluso tiene cierto convenio para proyectar en su única sala (con capacidad para 89 personas pueden) cintas que forman parte de los ciclos de la Cineteca Nacional.
Pero el gran plus de este lugar es que en él puedes beber alguno de sus tragos exclusivos y con nombres que hacen referencias al cine nacional. Don Juan, Macario, El Bolero, Janitzio o nuestros favoritos: Machete, servido con chile serrano y tequila Alacrán o El Nacional, que incluye Havana 7, un poco de albahaca y frutas, como mango, limón y piña. Grandiosos. Si te sientes menos aventurero, prueba uno de sus mezcales. Ofrecen suaves para las chicas y rudos para los chicos (aunque pueden invertirse, no te juzgaremos).
Las entradas incluyen alcachofas con queso o papas en varias presentaciones. En las opciones para comer destacan las espectaculares pizzas (el queso es grandioso en cualquiera de ellas) o las hamburguesas. Deliciosas todas, pero con su tamaño no quedarás con ganas de más.
No hay estacionamiento pero, según nos comenta Gilberto Herrera, el gerente, solo una persona alguna vez pidió servicio de valet parking. Nuestro consejo: revisa su cartelera en el sitio oficial, saca tu bici o camina por las banquetas de la Roma. Al llegar: bebe ligero, ve tu película y, al terminar, discútela con tu otro significativo mientras cenan. ¿No es esa una cita perfecta?