Si quieres que tus pequeños salgan de la rutina y se aventuren en una nueva experiencia, el límite es el cielo. Llévalos a Jump-In, un trampoline park con más de mil metros cuadrados, donde se promueve la salud física y mental bajo el concepto playing & moving (diversión en movimiento).
Trampolines para hacer saltos de gran altura, cuerdas para realizar un circuito de obstáculos, una alberca de cubos de espuma, canastas de basquetball y paredes para escalar son algunas de las actividades que les permitirán a los niños (de tres años en adelante; los más pequeños deben estar acompañados por un adulto) ejercitarse mientras se divierten.
Cuentan con sucursales en Interlomas y Churubusco, cuyo staff vigila a los chicos al mismo tiempo que los asesoran para no lastimarse.
El precio varía de acuerdo a las instalaciones. Va desde 50 pesos por atracciones independientes a los trampolines y que pueden utilizarse por determinado tiempo (como la pared para escalar y un laberinto con obstáculos), hasta 260 por un paquete todo incluido.
Uno de los beneficios de brincar en estos trampolines es contribuir a la coordinación psicomotriz de los niños, esto casi sin que se den cuenta. Hay pases de 30 minutos, una hora o por tiempo ilimitado. También hay membresías mensuales para acudir
diario durante un mes (550 pesos).
Como tip, es mejor que los chicos lleven ropa cómoda y calcetines antiderrapantes. No se recomienda que asistan los niños con alguna lesión, o que padezcan alguna enfermedad cardiaca o epilepsia. Los papás pueden estar en el área de cafetería mientras esperan a sus hijos.