Olvídate de las canciones pop, descansa tus oídos del punchis punchis y bájale varios tonos a la frecuencia musical. En este antro es el turno del hip hop con una pizca de funk, trap y reggaetón para estremecer los tímpanos y ponerte a bailar “hasta abajo”.
La entrada es sencilla, pero llega temprano porque se llena rápido. La vestimenta no es un problema, los jóvenes entre 18 y 25 que visitan The Bronx se muestran casuales, en jeans y tenis, aunque también se ven las camisas fajadas, las chicas en minishorts y en chamarras de cuero, como salidas de un video musical de Daddy Yankee. Siéntete en confianza para producirte un estilo diferente.
La ambientación es completamente urbana y latina; hay pantallas, proyecciones de luz y una canasta de basquetbol, el toque neoyorquino. La cabina del dj es el centro de atención y frente a ella se congregan los que están dispuestos a “romper el suelo” y vaya que lo hacen.
En la barra prueba los bronxots (como un mezcal cherry) y los tragos de especialidad. Pide el tupac gin (nuestro favorito): tiene gin, malibu, limón y bebida energética, es muy cítrico y te pondrá a bailar de inmediato. Aunque la limpieza de la barra falla, la mixología nos gustó.
La fiesta es larga en este club y canción tras canción no pararás de bailar. Pon atención a sus redes sociales porque tienen artistas invitados.
Los hombres pagan 100 pesos de cover y deben llegar acompañados de una chica. Ofrecen bronxots gratis para ellas antes de las 12am así que no te costará trabajo convencer a tus amigas.