Diez años después de no verse, se reencuentran. El pretexto no es menos doloroso que el motivo que los separó. Aparentemente, los restos de su hijo, de entonces ocho años, serán exhumados y ellos deben estar ahí presentes, uno frente al otro. Están dispuestos a que el recuerdo y, con él, la amargura, la rabia y el veneno que traen consigo, se proyecte ante el otro.
"Hacer Antes te gustaba la lluvia es un paso importante para el desarrollo del discurso que traté en mis últimos montajes. Con las obras que llevé a los escenarios de Wajdi Mouawad, trabajé el tema de la pérdida, un asunto particularmente importante en el grueso de su trabajo. Con esta puesta en escena, cuyo título original es Veneno, analizo también la pérdida, pero principalmente la necesidad de recomposición de la vida, a partir de confrontar la memoria, la ausencia, el dolor, pero sobre todo el amor", señala el director Hugo Arrevillaga, quien fue invitado a dirigir este proyecto.
Para soltar toda esta carga sobre el escenario, convocó a dos versátiles actores: Arcelia Ramírez y Juan Manuel Bernal. Esto implica un reto para el director, a quien montajes como Litoral, Incendios, Bosques, Cielos y Estrellas lo llevaron al culmen teatral y lo pusieron frente a un nutrido ensamble de actores: "Todo aquello que se desarrolló hasta con 14 personas, ahora se convierte en una necesidad de síntesis de movimiento, energía y potencia. Hay que detallar el discurso y las emociones para que en dos actores tengamos todo lo que un ejército completo podría narrarnos", dice Hugo.
"Desde que leí el libreto supe que es una obra que representa un desafío. Es la posibilidad de investigar sobre una zonas oscura y dolorosa de las personas, que tiene que ver con la amargura y la parálisis del alma. La obra habla de una pérdida terrible, pero también abarca dos posturas de afrontarla: la masculina y la femenina", reflexiona Arcelia, quien colabora por segunda ocasión con Arrevillaga, tras haber participado en Bosques (2013), montaje que significó su retorno a los escenarios teatrales de nuestro país.
Para construir un personaje de emociones tan complejas, Juan Manuel parte de las propias vivencias: "La vida me ha dado esas herramientas, pues he sentido el dolor en carne propia. Las obras saben cuándo te escogen y en qué momento. Ésta me eligió", señala el actor.
A pesar de la densidad de la trama y de sus personajes, esta obra de la dramaturga finlandesa Lot Vekemans tiene los suficientes elementos para que el público acuda a visitarla sin temor a sumergirse en el dolor ajeno. Todos hemos perdido a alguien y nos ha tocado aceptar o negar el duelo. Sabemos que si el veneno no mata, siempre corroe.
Advertencia: las obras de Hugo siempre hacen llorar.