Restaurantes y cafeterías en Azcapotzalco
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Los mejores restaurantes y cafés en Azcapotzalco

Desde birria tradicional hasta las originales petroleras: estos son los mejores lugares para comer en Azcapotzalco

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¿Cuáles colonias consideras acreedoras de las mejores garnachas de la CDMX? Nos lanzamos a algunos lugares emblemáticos de Azcapotzalco para probar que aquí hay de todo un poco. Sí, también del mejor ambiente garnachero.

Desde lugares especializados en maíz criollo, tortillas y cocina mexicana tradicional, hasta cocinas reconocidas entre los 50 mejores restaurantes en la CDMX, como Nicos, Azcapotzalco guarda joyas gastronómicas listas por recorrerse a mordidas.

Recomendado: 15 lugares imprescindibles de Azcapotzalco.

Restaurantes y cafés en Azcapotzalco

  • Clavería
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Nicos
Nicos
El DF siempre sorprende con hallazgos en zonas inesperadas. Basta darle la oportunidad a otras colonias para que revelen sus secretos. Es el caso de Clavería, hogar del restaurante Nicos desde 1957. La primera impresión es la de un lugar que goza de clientela fiel y que conserva su espíritu de restaurante de barrio. Con esta categoría me refiero al estilo del salón y al feelingde estancamiento en el tiempo que se respira. Se percibe un contraste entre el ambiente y el refinamiento de sus platillos, pero en la discrepancia está el secreto, pues se ocupan de lo importante: cocinar bien. El chef Gerardo Vázquez Lugo ofrece una carta que incluye recetas del siglo XIX –como la sopa seca de natas, estrella de la casa–, y en las que el origen del producto es fundamental para la calidad y sabor de sus preparaciones, pues siguen los principios del movimiento slow food. La trilogía de gorditas consta de una de requesón, una de quelites y otra inflada de frijol: dorada, delgada y sin relleno, pues el frijol está en la masa. Se acompañan con salsas de la casa: verde, roja y de chiles chilpotles; estos últimos tienen una ligera nota de canela y piloncillo. El resultado es una opción diferente a lo que se tiene acostumbrado por “gorditas”.  Para el segundo tiempo recomiendo el caldo verde de camarón roca con nopales. Los nopales, en juliana, de color verde intenso, y los camarones roca tiernos se presentan en el tazón; luego el mesero sirve cucharones del caldito espeso. El camarón, el
  • Mexicana
  • Zona Metropolitana
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Las Originales Petroleras
Las Originales Petroleras
Las Petroleras son un platillo endémico de Azcapotzalco. Se trata de una tortilla gigante, a medio camino entre un sope y un huarache, que mide hasta 40 centímetros de largo y tiene un grosor de medio centímetro. Se les unta manteca y frijoles, se les agregan guisos como huevos revueltos, longaniza o carne deshebrada, y siempre se les corona con crema, quesillo y queso rallado. Son una brutalidad, que sabe absolutamente a cada uno de sus ingredientes. En la alcadía hay muchos puestos donde se vende este manjar callejero. Pero Las Originales Petroleras tienen un lugar especial en el corazón de todos los chintololos. La razón: son de las más antiguas y las preparan de dimensiones bastante más consideradas que las demás. En este local, enclavado en el barrio de San Andrés, las hacen de cerca de 30 centímetros y las sacan del comal tanto con salsa verde, como roja. Claro, siempre puedes pedir que solo te pongan de una, pero la combinada tiene lo mejor de los dos mundos. Les puedes agregar huevitos encima. Además, éste es el único local de Petroleras donde puedes tomar cerveza, incluso en caguamas. En los demás las únicas opciones son refrescos. Acá puedes pedir la bebida sola, o en micheladas de sabores como tamarindo o mora azul. Parece mentira, pero con cerveza sí que se disfruta más este manjar.
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  • Mariscos
  • Centro Azcapotzalco
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Los Jarochos
Los Jarochos
Hace más de 40 años que esta marisquería pregona sus platillos de receta veracruzana en el mercado Azcapotzalco. Ha sido tal su éxito, que a su local original anexaron cuatro aledaños más. En el área de comida, sin duda, son los reyes. Desde que te sientas en una de sus barras, un caldo de camarón humeante llegará de inmediato. Luego tendrás de dos opciones: escoger algún guiso de los que se exhiben en sus vitrinas, o confiar en sus cuatro décadas de experiencia y pedir una de las muchas opciones que sugieren sus meseros. Cocteles de camarón, de ostiones, de pata de mula. Ceviches de calamar, jaiba, pescado, pulpo. Caldos de almeja o sopa de mariscos. Camarones al ajillo, al mojo de ajo, empanizados, en aguachile, a la diabla. Tostadas de calamar o marlin. Filetes empapelados, enchipotlados, a la veracruzana. Chiles rellenos de mariscos y hasta opciones orientales como arroz chino, o italianas, como espagueti a la Marinara. Si vas con hambre es una gran opción. Además sirven rápido, tienen muy buenas aguas del día (pide la de limón con chía), ofrecen precios accesibles y te dejan claro en cada plato que son “la catedral del marisco” en el mercado principal de la alcaldía.
  • Mexicana
  • Zona Metropolitana
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Bajío
El Bajío
Solo para que te des una idea de la relevancia de El Bajío —que por cierto ya sobrepasó los 48 años de existencia, con 19 sucursales—, y más aún de esta sede: en 2002 el chef Ferrán Adrià, del legendario restaurante El Bulli, visitó a su dueña, Carmen Ramírez (mejor conocida como Titita), en Azcapotzalco, y aseguró que era “el mejor restaurante del mundo”. Adrià se enamoró tanto de las gorditas infladas, que se inspiró en ellas para hacer las air bags que incluyó en la carta de su ya extinto restaurante. El Bajío conserva ese aire de cocina de pueblo (especializada en el Bajío mexicano, pero sin duda con toques de todo el país), con ciertos tintes modernos. Si vas, no te saltes las gorditas saladas o anisadas, para acompañar de un café de olla, el caldo Xóchitl, las quesadillas de hongos, los huaraches con guarnición de guacamole y las empanadas de plátano rellenas de frijoles. Tampoco olvides el mole de olla. Aunque para beber hay muchas opciones, con o sin alcohol, de todas nos quedamos con los mezcales artesanales y las margaritas. A estas últimas las encuentras en todas las cartas de todos los restaurantes de comida mexicana tradicional. Pero algo hacen en la barra del Bajío, que son especialmente ricas.
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  • Panaderías
  • Centro Azcapotzalco
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Once 28
Once 28
Cuando hablamos de barrios en la Ciudad de México también hablamos de sueños, de pasión y de gente trabajadora. Esta fue la experiencia que tuve cerca de la delegación Azcapotzalco, en una cafetería, pastelería, panadería y restaurante muy especial, que le da la contraria al dicho que asegura que quien mucho abarca, poco aprieta. Desde calles antes pude oler ese característico aroma que deja la mantequilla cuando se hornea con el azúcar; me dejé guiar por mi olfato hasta Once28, uno de mis mayores descubrimientos. La decoración era fantástica, las mesas y las sillas complementándose, aunque cada una con un estilo diferente. Adentro los aromas de pan y café se mezclan dejando a cualquier comensal con ganas de más. En el menú había paquetes de desayunos, comidas y cenas, además de café, té, bebidas frías, sándwiches y tortas. Para la comida se me antojó la clásica comida corrida con un sabor casero excepcional. No creas que es un menú simple, tampoco esperes algo complicado, son platillos caseros repletos de sabor. Hay entradas como espagueti blanco, sopa de pasta o zanahorias a la mantequilla, lo interesante llega para el plato fuerte, porque hay desde chilaquiles y tacos dorados ($68), hasta paella velenciana ($100). Cada semana presentan un país diferente y cada día un platillo de dicho país con su postre, de lugares como Perú o Tailandia.  Para la sobremesa pedí un latte con la mezcla de Once28 que incluye café de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, con un espumado de leche, sen
  • Heladerías
  • Nueva Santa María
La Michoacana de la Nueva Santa María
La Michoacana de la Nueva Santa María
Estamos tan acostumbrados a la estética de las casi 15 mil Michoacanas en todo el país, que al entrar a ésta resulta inverosímil que se trate de una de las sucursales más antiguas de la cadena de paleterías. A pesar de que conserva los colores que identifican a este negocio eminentemente familiar, es un poco más grande de lo normal y tiene vitrinas mucho más vistosas y amplias. Además es conocida por vender opciones que no hay en otras sedes. La paleta de mazapán y la nieve de chicle multicolor, por ejemplo. Lo difícil de ir a esta Michoacana es que, por muy nuevo o experto que seas su carta, siempre elegir lleva su tiempo. Siempre. Su agua de coco colado es famosa. Pero también las fresas con crema, la malteada de chocolate, la paleta chemisse cubierta con chocolate, todo lo que lleve escarchado de nuez y arroz inflado, el agua de horchata y d mango y de cítricos. Todas las opciones son tan competentes, que no puedes darte el lujo de escatimar calorías. Esta paletería es una parada obligada para quienes visitan el Parque Revolución. En Azcapotzalco la gente es asidua a las aguas frescas, helados y paletas. Eso se nota en el número de establecimientos que las venden. Pero la Michoacana de la Nueva Santa María es única.
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  • Cafés
  • Nueva Santa María
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Minichelista
El Minichelista
En el siglo XVII iniciaron las casas del café. Un espacio para la discusión y expresión de ideas mientras se servían enérgicas y novedosas tazas de amargura oriental. En 2005 abrió El Minichelista, lo más cercano en el DF a esa idea. Su meta: que los clientes se contagien de su espíritu. Que cada persona que los visite difunda sus ideales y defienda lo que piense. Aunque el concepto suene cursi, el lugar dista de ello. Un estilo propio se aplaude y conquista. Este café le saca la lengua al minimalismo con su propia corriente artística: el minichelismo. La caótica realidad de la capital va más allá de lo binario. Pensar que las contradicciones no pueden convivir armónicamente sería negar nuestro espacio. Por eso, en vez de copiar a ciegas las tendencias del momento, el minichelismo toma todas las gamas de formas y colores, estrambóticas, surreales y retacadas, para que convivan en una sola casa. Como un Real World de la estética. No son mediocres en demostrar su movimiento. Cada espacio es utilizado. Las paredes gritan en colores chillantes, mensajes y murales. Los muebles son en extremo diferentes. La selección musical tiene en común que todas son buenas canciones en su género. A primera vista, El Mini da la impresión de que es un garaje convertido en una excéntrica cafetería. Si decides explorar, podrás descubrir que es una gran casona adaptada hasta el último rincón para servir café. Baños, clósets, cuartos y salas, todos sus espacios se adecuan para que los clientes se s
  • Zona Metropolitana
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Intimismo
Intimismo
Uno de los lugares más bohemios del Centro de la alcaldía. Sin duda es un homenaje al actor, comediante y cantante Germán Valdéz, ampliamente conocido como Tin-Tan. No obstante, con el tiempo la casa de corte porfiriano donde se aloja esta Galería-Café se ha vuelto un punto de encuentro de aficionados al cine, a los eventos culturales y la trova nocturna. El lugar está completamente ambientado con motivos que recuerdan las películas del también llamado Pachuco de Oro. También hay exposiciones ambulantes y obras a la venta. Muchos cuadros y estampas recuerdan a la época del Cine de Oro mexicano y sus principales exponentes. Al mismo tiempo, el sitio es un bar donde la música en vivo y las cervezas artesanales mexicanas que tienen disponibles en el refrigerador, lo hacen una parada necesaria en el camino. Sus mojitos también son bastante socorridos. No son caros y están bien preparados: ni mucho dulce, ni mucho ron. Las opciones de comida son solo las necesarias para poder picar algo, mientras ves un show en vivo o bebes un coctel. Venden opciones como dedos de queso, un plato botanero con jamón y aceitunas, y palomitas. La propuesta es interesante, especialmente si te gusta esa etapa cultural de México. Solo toma en cuenta que abren exclusivamente por las tardes y hasta pasada la medianoche.
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  • Clavería
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Tres con todo
Tres con todo
Tal como su nombre lo dice, de este local —que apenas se divisa a orilla de la calle— es imposible salir con al menos tres tacos en el estómago. La razón: su carne es suave y no tiene tanta grasa; sus tortillas son pequeñas y recién hechas, y su salsa verde es de las mejores que probamos en la alcaldía. Sus más vendidos son los de panza, pero también venden de carnitas (incluso por kilo), de bistec y de mixiote, así como tortas y gorditas ahogadas. Ésto último es un aspecto que muchos toman en cuenta para ir hasta Clavería, donde está el negocio. La salsa para ahogar que preparan recuerda completamente a la que probarías en un restaurante típico de Guadalajara: es ligeramente picosa, un poco espesa y bastante especiada. Para tomar hay refrescos, algunos cocteles de la barra del fondo y cervezas nacionales. Si vas, no te confundas: la parte de enfrente es austera y de dimensiones muy reducidas (lo cual favorece que te antojes de la carne que pican con destreza, o de los tacos que salen calientes a otras mesas) pero, si caminas hasta el final, encontrarás un salón pintado de naranja, con mesas de madera, en forma. Ahí podrás irte a comer más a gusto, apartado del ruido del exterior.
  • Centro Azcapotzalco
La Perla Tapatía
La Perla Tapatía
Indiscutiblemente, la mejor birria y tacos que hay en varias cuadras a la redonda. El local, con 36 años de vida, ofrece pozole, quesadillas y jericayas como postre. Más parecido a lo que comerías en una cenaduría jalisciense, no se puede. Incluso hasta por el estilo desenfadado de atender que tienen los meseros. Entrar y encontrar sitio en su barra larga y su única mesa con tres sillas al final del establecimiento, es un verdadero acto de valentía. No solo animado por el hambre. El lugar es minúsculo, pero aún así alberga a por lo menos una decena de apretujados comensales quelevan décadas visitándolo, y que siempre repiten la dosis de lo que tengan en el plato. Si solo quieres la comida para llevar, puedes llamar antes y ellos van preparándola. Sin duda es una gran opción para curarte una resaca de fin de semana, o para que lleves una buena porción de birria a la comida familiar de domingo y no tengas que preparar nada más. Por si ocupas, la salsa con la que bañan los tacos, antes de pasarte el plato para que agregues cebolla picada y cilantro, sabe mucho al jugo de la carne pero no precisamente es picosa. A La Perla Tapatía llegan muchos policías a desayunar, comer o cenar. Seguro ya sabes lo que eso significa: que el sitio es calidad garantizada.
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  • Panaderías
  • Centro Azcapotzalco
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La Conchería
La Conchería
El pan es el básico del desayuno y el favorito en la merienda, ¿apoco no? Este nuevo espacio apuesta por la panadería contemporánea con recetas de otros lugares del mundo adaptándolos al público mexicano; son una mezcla de colores, sabores y texturas que convierten lo tradicional en algo sorprendente. El pequeño local ubicado en el corazón de Azcapotzalco ofrece solo productos para llevar. El viaje comienza con su mezcla de café 100% mexicano de Veracruz y Chiapas de tueste medio; lo probé en flat white y a pesar de la leche, el sabor del café conservó su toque ácido. Las estrellas del lugar son las conchas, tienen las tradicionales ($7) y las gourmet ($9), con la corteza lisa pero con más sabor que una tradicional. La versión atrevida son las cinco mini conchas gourmet rellenas: la consentida de naranja con nata montada, crema de vainilla y ligeramente envinada con ron, es la favorita; la chococoncha va rellena de trufa de chocolate envinada con tequila y arroz inflado, puede llegar a ser mucho chocolate pero al morder el arroz disfrutas el cambio de textura; la concha ferrero va rellena de crema de avellanas; la concha parís CDMX es la reinvención del parís brest con praliné de avellana muy ligero y sustituyen la masa choux por la de concha; por último, la caperucita roja va con fresa rellena de nata montada con frambuesa, mora azul, zarzamora y fresas.
  • Pizza
  • Clavería
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Pizzas Marco Polo
Pizzas Marco Polo
Un rincón italiano bastante pequeño, pero acogedor, en Clavería. El restaurante existe desde 1983 y, aunque tiene varios platos de especialidad, las joyas de la casa son las pizzas. Se entiende por qué: todas ellas son de horno; tienen un pan delgado, más suave que crujiente, pero igual de rico, y tienen 20 sabores distintos, para carnívoros o vegetarianos. Son icónicas su Margarita, Napolitana, de salami, hongos con doble queso y la Mexicana. No obstante, entre las que no muchos conocen, pero también valen la pena, están la Nórdica, con salmón ahumado, alcaparras, cebolla morada y perejil; la Marinara, con camarones, pimiento rojo, cebolla morada y chiles serranos, y la Cuatro Quesos, con provolone, Chihuahua, gouda y de cabra. Más allá de las pizzas hay paninis de buen tamaño, rellenos de jamón serrano o mortadelas artesanales, así como milanesas napolitanas, medallones y filetes de pescados con hierbas finas. También hay pastas (la lasaña es imperdible) y ensaladas en porción individual y media. De los postres, el que mejor les sale es el estrudel de manzana con piñón y nuez. Su carta de vinos tiene etiquetas mexicanas e importadas. También tienen cervezas nacionales de tap. Marco Polo es un lugar donde se come con sabor a casa y recetas italianas originales. Solo una recomendación: aparta mesa, porque siempre se llena.   Qué es: un restaurante italiano en donde las pizzas son la joya de la corona. Existen desde 1983. Qué probar: la pizza nórdica: el salmón se sie
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  • Mexicana
  • Zona Metropolitana
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Barbacoa El Paisano
Barbacoa El Paisano
Un restaurante típico de barbacoa, que trae todos sus insumos desde Tulancingo, Hidalgo. El lugar está forrado por dentro de madera, justo como sus símiles en dicho estado. De sazón, ni se diga. La carne y el consomé salen de entre pencas, en la cocina cercana a la puerta. Sabe exactamente a la que se sirve en pueblitos de la Huasteca de dicho estado. Aunque todo gira alrededor de la barbacoa, que venden por kilo para llevar o en tacos, también tienen carnitas, flautas, tacos de panza, cabeza de borrego, órdenes de hígado, sopes, quesadillas de sesos o huitlacoche, frijoles aztecas, así como platos rancheros con aguacate, nopalitos, queso de rancho y chicharrón. Hay chinicuiles, escamoles, gusanos de maguey, mixiotes y hasta curados de pulque. Sea lo que sea de lo que tengas antojo, sin duda debes probar su especialidad en tacos. Llegan a la mesa cubiertos por una manta de tela, para que no se enfríen, y acompañados de cebolla, cilantro y salsa picante verde o roja. La acompañante de cajón es una cerveza bien fría, pero sin duda puedes elegir también un café de olla o un agua fresca. Otra cosa importante. Debido a que los dueños respetan el concepto de comer barbacoa como en Hidalgo, solo abren sábados y domingos.
  • Nueva Santa María
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Claroscuro Gastropub
Claroscuro Gastropub
Es un lugar libre de pretensiones y fresco. Puedes venir a la hora de la comida o en la noche para tomar cervezas artesanales, tienen marcas como Insurgente y Aguamala. Te recomendamos sus deliciosas hamburguesas, alitas y si tienes ganas de postre, su carta te propone maridajes interesantes, como una ensalada de frutos rojos acompañada de una chela Búho Rompeolas.
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  • Japonesa
  • Nueva Santa María
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Masao Sushi
Masao Sushi
Un clásico de clásicos, en cuanto a comida oriental se refiere. El Masao es bien conocido por los vecinos de la gente de la Nueva Santa María porque, a pesar de que el sitio no demuestra ningún tipo de lujo, su carta de comida sí lo es. El menú es muy amplio y, si no vas en horas pico de comida, las comandas humean sobre las parrillas de metal y salen calientes muy rápido. Tiene ensaladas con fideos chinos, verduras salteadas en wok y calamares; sopa de alga wakame, con tamago, o huevo, y con arroz, pollo y vegetales. Hay un apartado especial con fideos caldosos, yakimeshis, brochetas asadas caramelizadas y más de 10 guisados con arroz: lo mismo con camarones, res y filete de pescado. Ofrecen makis vegetarianos, fritos y empanizados con hueva de pescado o queso crema; sushis con anguila de río, macarela y salmón fresco y, para tomar, cervezas japonesas y nacionales, calpis, sangrías preparadas y copas de vino tinto o blanco. Hablando de porciones, tienes que saber que no son tan generosas como en otros lugares a los que estamos acostumbrados. Pero lo que te llega al plato es suficiente para que comas bien y te vayas sin hambre.
  • Mexicana
  • Clavería
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Ahora las ves en casi cada esquina pero, ¿sabías que la original Casa de Toño nació en Azcapotzalco? Así cómo lo lees, la leyenda pozolera comenzó en el zaguán de una casa en Clavería, donde hasta la fecha se preparan de los mejores pozoles de la ciudad.   Con el tiempo el restaurante ocupó toda la casa y la demanda es tan grande que acaban de abrir una sucursal en el predio de al lado.
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  • Cafés
  • Centro Azcapotzalco
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Nevado
El Nevado
Lo que inició como una paletería en 1945, se ha convertido en una de las cafeterías más representativas de Azcapotzalco. El Nevado es el típico lugar para desayunar o tomar un helado cremoso de su emblemática fabrica. Se dice que la primera televisión de la zona fue instalada en este lugar. Por nada del mundo te pierdas su tradicional pan de naranja, hay quienes incluso lo compran entero para llevarlo al extranjero. No te puedes perder su copa suiza que lleva cuatro bolas de helado y el flan de la casa, un postre cremoso con el dulzor necesario. Además, todo es exageradamente accesible.
  • Centro Azcapotzalco
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Mesón Taurino
Mesón Taurino
Fundado en 1961 por la familia Hernández Alonso, este sitio es un homenaje a la fiesta taurina. En su mejor época fue visitado por toreros como Manolo Martínez y Eloy Cavazos, así como por el boxeador Finito López.   En este lugar fueron inventadas (y el registro lo comprueba) las originales gaoneras: un corte de carne de seis porciones acompañado de tortillas recién hechas y la salsa mexicana más picante de la zona. Otro obligado es el caldo chintololo, un potaje de carne de res, morcilla, chorizo y garbanzo. La elaboración de los platillos es artesanal, incluso tienen a sus propios carniceros y aplanadores, por eso su carne es la mejor que probarás.   Como el ambiente es familiar, se deja de servir alcohol a las 6pm.
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