Reseña

Hotel Deliza (CERRADO)

4 de 5 estrellas
  • Hoteles
  • precio 2 de 4
  • Roma
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

La cocina criolla africana encontró lugar en Nueva Orleans, Estados Unidos y pronto se expandió al resto del mundo por sus sabores especiados con toda la combinación de ingredientes locales que se fueron incorporando. México no es la excepción y Hotel Deliza es el espacio para ello.

No se trata de un hotel, es un restaurante. Hotel Deliza es un nombre con historia: Eliza fue una esclava africana en Nueva Orleans que logró escapar a Nueva York, hacia su libertad. Fue ahí donde abrió un hotel con el reconocido mixólogo Cato Alexander, su esposo, ofreciendo la gastronomía criolla (caribeña) típica del sur de Estados Unidos.

Por ello lo llamaron Hotel Deliza y arriba, está el bar Cato Alexander, la pareja perfecta. 

Hoy es el turno de la Roma y en una casona del siglo XX se montó una cocina a cargo del chef Fabrice Marimoutou (Bélgica), con toda la historia y los sabores que le han dado forma, a través de los años, a la gastronomía americana contemporánea. Hotel Deliza tiene todo el toque casero que necesita, con la decoración cálida con maderas y ladrillos, conservando los toques antiguos de la casa original. La comida se siente igual; son platillos reconfortantes, de aromas y sabores intensos y texturas con mucho cuerpo.

De las entradas destacaron, definitivamente, las tostadas de jaiba creole. Espectaculares y frutales, el sabor del cangrejo no cedió ante la papaya, el mango y la mayonesa de habanero, la potencia del chile se sentía todo el tiempo, pero sin llegar a ser picante. Los primeros aplausos para el chef Fabrice.

El platillo estrella es el chicken waffles (waffles al estilo tradicional de Norteamérica): un platillo muy intenso compuesto de pollo frito con especias estilo cajún, tocino, papas fritas y unos trozos de manzana, todo con el aroma y dulzor de la miel de maple. Así es, es tan pesado como suena. La combinación de ingredientes por sí sola es un viaje, aunado a la combinación de especias y grasa, se torna en un desayuno, licuado, comida, aperitivo y cena en una sola presentación.

La ejecución de la cocina, una vez más, estuvo al cien. Este platillo contiene todos los sabores que nos encantan a los mexicanos, aunque los waffles estaban un poco secos y, al final, terminar todo el conjunto se tornó difícil. Te recomiendo que en la primera visita pidas solamente este platillo, ya que todas las porciones son grandes.

Pero, aunque satisfecho, no me iba a quedar con las ganas y por recomendación de la casa, pedí el jambalaya de conejo. De nuevo aplausos, porque cuando regrese a comer aquí –y vaya que lo haré– tendré que pedir este platillo de nuevo: arroz, conejo, chorizo, pimientos y apio, es la versión criolla de una paella perfecta. El arroz siempre delata las habilidades de un cocinero, estaba crujiente y completamente impregnado del sabor del conejo, el pimentón del chorizo sólo llegó a resaltar y perfeccionar las cualidades de los demás ingredientes. Si vienes a comer aquí, no dejes de pedir esta delicia.

Con esas pequeñas probadas, la cocina de Hotel Deliza ganó un adepto más que obedientemente tendrá que regresar a probar todas las otras sorpresas del menú, como algunos de los acompañamientos para los platillos o los beignets (buñuelos). Este lugar es una grata sorpresa más de la Roma. 

Detalles

Dirección
Sinaloa 141
Roma
México, DF
6700
Transporte
Metro Sevilla
Precio
Consumo promedio por persona $300
Horas de apertura
Mar-sáb 6pm-1am
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