Felicidades, Enhorabuena llegó. No es un error de puntuación, es el nombre del nuevo lugar que nos da alegría y la dosis diaria de café; por eso le damos la bienvenida muy despiertos, con buen sabor y sonrisa en boca.
Sus recetas han sido probadas, medidas y aplaudidas. Como su receta para la decoración, en la que hay una barrita para colocar tu taza que le da continuidad al sitio, y frente a esta, hay unas mesas de madera de color claro. En la barra principal están los métodos de extracción (chemex, pourover, sifón japonés, prensa francesa, etc) y una cocina a la vista. Estar aquí se siente como tomar café en la barra de la cocina de unos amigos, también se parece mucho a Chiquitito Café que está a unas cuadras y esto no es casualidad, pues son primos.
Además de compartir la genética, también comparten la receta del café; algunos brebajes los preparan con la mezcla de Chiquitito espresso y otros, casi todos los métodos (excepto espresso y percoladora), se hacen con una mezcla de Pecora. Su proveedor veracruzano les lleva una mezcla de Costa Rica 95, que, sin las complicaciones de los tecnicismos y para ir al grano, cuando se prepara en chemex y pourover, se convierte en una taza de buen cuerpo –pesadez o densidad en la boca–, con un claro aroma a almendras y vainilla. Por cierto, con el método pourover se descubren con más facilidad las notas florales.
Tenía ganas de una bebida que fuera más dulce que ácida, así que también lo probé en percoladora; se murió el mito y la mala fama que le han hecho las cadenas comerciales a esa extracción. Cada carga de café se muele y se infusiona al instante, así que tiene el efecto despertador que no te quita la paz y la calidad de cualquier otro método de extracción. Los panqués, las sencillas comidas con sopa del día y ensaladas se preparan en casa con sabores frescos.
El verdadero placer de una visita a Enhorabuena está en la baguette con ricota, higos y miel mientras tomas un café en las mesas exteriores.