Aquí el objetivo es que se arme una pachanga chila, o sea franca y sin pretensiones como son los norteños. La carta de tragos combina los clásicos de cualquier cantina tradicional, pero no deja de estar en la Roma, así que también hay chela artesanal y hasta vinos interesantes. ¿Lo mejor? Los precios (de comida y bebida) son bastante accesibles para la zona. Pero para llamarse cantina, la comida debe ser igual de buena que la bebida. Por supuesto en el menú están presentes el chicharrón regio, la birria, el cortadillo con tuétano y el pollo estilo Monterrey (aprobado, según nos contaron, por Jonás de Plastilina Mosh) pero en esta ocasión, por recomendación, nos fuimos por la barbacoa regia de lengua y cachete.
Qué noche la de anoche. Y qué cruda la de hoy. Sueño, dolor de cabeza, sed y antojos desenfrenados por algo picosito y que te ayude a reponerte de la fiesta. Lo que tienes que hacer, después de tomarte unos electrolitos, es lanzarte en fa a uno de estos restaurantes para crudear en la CDMX.
En el mundo, la cruda se cura de diferentes formas. En algunos lugares como Tailandia o Vietnam se prefieren los alimentos con harta grasita; en Corea se preparan reconfortantes calditos de res; en Perú se echan sus ceviches con mariscos y leche de tigre y en Dinamarca (¿igual que tú?), se la curan con una chela.
Los mexicanos preferimos los platos picantes; a veces caldosos, a veces marisqueros, o a veces la imprescindible garnacha. Lo que sea que prefieras, pásale y conoce estos restaurantes para crudear en la CDMX.
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