Aquí todos tienen un pasado que no se puede ocultar: la mesa para tres fue un respaldo de cuna, una vieja puerta de madera con sus cicatrices barnizadas se ha convertido en una barra para comer y es evidente que los vasos fueron frascos de mermelada en sus años mozos.
La elección del mobiliario está ligado al concepto que rige en este lugar: 'Piensa en la naturaleza. Piensa en ti. Piensa en lo que comes'. Es por eso que unas viejas sillas maltrechas –pero igual de cómodas que hace veinte años– son las que te recibirán.
Lo que sigue es un menú vegetariano con el que te demostrarán que la comida sana no tiene que ser aburrida o insípida. Olvida la sopa de chayote, aquí las opciones son hamburguesas, hot dogs, faláfel, ensaladas o curry. Si vas por primera vez, la recomendación de la casa es la hamburguesa de portobello a la plancha con queso provolone gratinado. Es deliciosa y se llama da vinci, quién sabe por qué.
Otro imperdible es el curry rojo con calabaza, zanahoria, chícharos, champiñones y tofu, servido con arroz jazmín y un toque de aderezo de yogurt con pepino. Este platillo, llamado vishnú, debe su nombre al generoso chico hindú que compartió esta vieja receta familiar con los socios del lugar.
En fechas recientes, ampliaron su menú para incluir sopas. Prueba la clam chowder sin clam, o la Pepe le Pew, de cebolla caramelizada, vino tinto y laurel con crouton de queso gruyere gratinado. Tampoco te pierdas de Juana la Cubana, una señora torta de "milanesa" empanizada y salchicha, chorizo, queso, frijoles, aguacate, cebolla y jitomate.
Para hacerse de materias primas, Pan Comido prefiere productos artesanales o de comercio justo. Buena parte de los ingredientes son orgánicos o producidos localmente. La mayoría de los platillos pueden comerse con las manos para evitar el lavado de cubiertos y utensilios, lo que implicaría un mayor uso de agua. Con la idea de promover el comercio de sus vecinos, compran café orgánico a La Procedencia (a dos cuadras), el chai es del Chai Bar (Condesa), los vasos y platos desechables biodegradables son de La Huella Verde (Roma) y los panques veganos y la granola se la compran a una chica que pasa todos los días por ahí.
Pan comido es el favorito de los dharmacharis (maestros budistas) que se pasean por la zona. También es el consentido de Torreblanca y Carla Morrison.
La prueba contundente de que la filosofía del Pan Comido es auténtica –enfocada al uso adecuado de las cosas– es el iPod del año 2000 de donde proviene la música del lugar. 'Piensa en la naturaleza. Piensa en ti'.