Narciso, el hombre más hermoso de la mitología griega, fue castigado por rechazar a sus pretendientes y condenado a enamorarse de su reflejo. Este comedor vegetariano le hace un homenaje con platillos fascinados por ellos mismos, en una casa antigua de la Cuauhtémoc.
Su cocina juega en la frontera del vegetarianismo, rompiendo la línea de los sabores aburridos. Para muestra, los molletes dulces (con compota de guayaba) o la ensalada con chocolate (que incluye todos los verdes básicos). Por su parte, la baguette de plátano macho, queso cotija, mole y queso manchego es una producción agridulce en cuya elaboración ningún animal fue lastimado.
El menú inicia todos los días a la 1pm, con una sopa o crema de verduras y un plato fuerte, como queso empanizado, tacos de alambre con manzana, arroz thai, emparedado de hongos asados, enchiladas de plátano macho, pasta con alcachofas…
Además, Narciso también es autor de un par de interesantes recetas de café, como el Remedios de la abuela, que es ideal al terminar la comida: una combinación de chocolate orgánico de Oaxaca con un shot de mezcal. Complementa con un panqué de jamaica o, si es tu día de suerte, una tarta de guayaba.
El jardín del lugar es el verdadero centro de todo. Se encuentra hasta el fondo y es como un escondite secreto que no se ve a primera vista. Es acogedor, aunque da la sensación de que no es su rincón más nuevo.
En las paredes abundan los espejos. Uno creería que es para consentir a los Narcisos modernos, pero en realidad es para que los guapos y vanidosos platillos puedan admirarse.