Desde restaurantes asiáticos y tiendas en la barrio coreano, hasta celebraciones (como el Año Nuevo Chino), la cultura asiática se ha establecido en la vida cotidiana del DF. Como de la comida nace el amor, te invitamos a probar lo mejor de la gastronomía japonesa en la ciudad.
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Restaurantes japoneses en la ciudad
El sushi de Culiacán es tan especial que tiene su propia pronunciación. Para llegar al "suchi", tomaron como base el plato japonés hecho con las delicias marinas de aquella ciudad sinaloense, y le fueron agregando todo tipo de ingredientes hasta que los volvieron cada vez más extravagantes: carne, pollo, verduras, quesos, empanizados y aderezos, todos siempre acompañadas de zanahoria o betabel rallado.
Ha proliferado tanto este estilo que se dice que todo el mundo en Culiacán tiene una carreta de suchi a menos de 5 minutos de su casa, y ahora lo puedes probar en esta esquina de la CDMX. Aquí el chef Aquiles Chávez creó sus propias versiones del suchi culichi, desde unos más tranquilos, como el que lleva encima ensalada de surimi y hueva negra de pescado, pero el descontrol comienza en algunos como el empanizado que lleva guacamole y fritos por encima; hasta llegar al que te va a romper la cabeza: el Dorito Roll, con camarón y queso crema por dentro, con un empanizado frito de Doritos triturados, servido sobre un Dorito y con ensaladilla de camarón por encima.
Tres doritos después...te podemos decir que definitivamente esto no es apto para puristas. Aunque el Dorito Roll es curioso, mi favorito fue el Marley, de un sabor mucho más comprensible, lleva por encima tiras de distintos vegetales encurtidos inspiradas en los dreadlocks del artista jamaiquino. Acompáñalo con un drink de la casa como el Suchi Tonic (sake, agua tónica y hielos de sabores).
Suchi está dentro de...
En Japón, un izakaya es un lugar en donde puedes pedir comida y bebidas. Generalmente tienen mesas estilo occidental —es decir, las que nosotros usamos— y también salones privados con tatamis para que te sientes a comer en el piso. Normalmente, la onda de un izakaya es pedir al centro y compartir; así, los comensales pueden probar varias cosas.
Y eso es Izakaya Kura, o Restaurante Kura, un lugar de cocina japonesa tradicional, pero con sus tropicalizaciones por aquí y por allá; una de ellas es que sí tienen los saloncitos privados, pero tienen mesas estilo occidental en vez de tatamis (si no estás acostumbrado a estar hincado en el piso, seguramente no podrás echarte una sobremesa larga; sobre todo si tienes más de 30 años).
Cuando llegues a Kura, lo primero que te ofrecerán es un oshibori, una toallita caliente que sirve para limpiarte las manos. De ahí, te llevarán el menú. Como buen restaurante japonés, la carta es súper extensa, así que no dudes en pedir recomendaciones, aunque por mera curiosidad y para aumentar el bagaje cultural, sí te sugerimos que le des una leída.
Aquí tienen una gran variedad de sashimis y sushis; son una súper opción para empezar y para que te des un quemón con la calidad y la frescura del pescado. Y si quieres dejarte consentir, pide el omakase de nigiris, en el que el chef te mandará un plato variadito con lo mejor del día. Si prefieres algo calientito, el imperdible es el ramen. Aquí tienen las opciones tradicionales de cerdo o camarón y...
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Auténtico sabor de Japón es lo que ofrece el chef Genshin Oyakawa en su restaurante, y auténtico sabor es lo que uno se lleva en el estómago. Aunque en un primer encuentro la carta puede resultar confusa, basta dedicarle algunos minutos y tomar en cuenta que cada página ofrece una categoría específica de platillo y las variaciones de carne (res, pollo, pescado o mariscos) así como de verduras con los que puede prepararse. Un buen apetito encontrará sosiego con la comida completa o Teishoku, que incluye: misoshiru (sopa de soya con tofu y wakame), ensalada, sashimi, gohan (arroz al vapor) y platillo principal a elegir (sea con res, pollo, pescado o mariscos). También habrá disfrute en los Domburi, sendos tazones de arroz con diferentes tipos de carne cocinados con verdura y huevo, flanqueados por misoshiru y ensalada. Perfectas para compartir y disfrutar bocado a bocado son las cazuelas enlistadas bajo la categoría Nabemono: porciones de carne y verduras que se preparan en una pequeña estufa de gas sobre tu mesa; justo ahí se encuentra el famoso y abundante shabu-shabu.
Mención aparte merece la barra comunitaria de sushi al centro de este acogedor lugar, a la cual puedes sentarte y ordenar una especialidad tras otra según te decidas, o a recomendación del propio Oyakawa. Otros encantos de sentarse aquí son contemplar cómo son cortados con maestría pescados y mariscos, y la hipnotizante colección de maneki neko –gatitos de la buena suerte– y daruma –representantes del...
No importa si eres purista de los sabores de la comida nipona, una vez que pruebas el taco de camarón tempura de Koku lo entiendes todo y relajas tus modos estrictos con la comida, porque a estas alturas no debe asustarte leer huitlacoche y teriyaki en la descripción de un mismo platillo. El chef Takeya Matsumoto te hablará en español mexicano y en japonés al mismo tiempo y con mucha fluidez a través de sus propuestas gastronómicas.
Balboa Pizzería, en la Cuauhtémoc, ya tiene un hermano y resulta que es mitad japonés y mitad mexicano, de comida fusión. Es increíble el cuidado que pusieron en el diseño de interiores, alternando madera, cemento y plantas naturales, el toque urbano vivo y minimalista que ya no puede faltar en los restaurantes orientales, y que en este caso, resultó en una ambientación que puede ser cómoda y casera, o elegante y casi formal, según lo que necesites. La terraza –cerrada y techada– es un acierto más de Koku, es donde te recomiendo que pidas una mesa porque de día se ilumina plenamente al sol y de noche es cálida a la luz de las velas, una pared con ladrillo expuesto, otra que simula las aguas del mar y un par de árboles le dan personalidad, respetando el estilo decorativo del resto de los espacios.
Cuando ves que hay japoneses en un restaurante que sirve su estilo de comida sabes que algo están haciendo bien en la cocina; pude ver platos surtidos y frescos de sashimi, sopas miso, rollos de sushi coloridos, arroces y tantas más texturas y aromas....
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El restaurante japonés Deigo es un viejo conocido de la Del Valle. Recuerdo que en sus inicios, mucho antes de que se asociaran con el influencer Luisito Comunica, el lugar era famoso porque la mayoría de sus clientes eran japoneses gracias a su cocina tradicional. Conforme creció, siguieron nuevos conceptos: un spot de ramen en la Juárez y en la Condesa (el favorito de muchos para este tipo de caldos), y ahora acaban de abrir una barra de sushi en el Pasaje Parián.
Se trata de un local pequeño (solo hay 12 lugares) para que desde cualquier punto puedas observar cómo preparan al centro los rollos, tatakis, nigiris y sashimis, todo con productos de muy alta calidad provenientes de aguas de Ensenada, Canadá, Nueva Zelanda o Japón.
Desde mi silla vi desfilar King salmon, hamachi, kampachi y por supuesto diferentes tipos de atún (chutoro y otoro). Los maestros de sushi del otro lado de la barra nos explicaron qué hace especial a cada corte según la zona del pescado de donde se obtiene. Mi plato favorito por su originalidad fue el chutoro al chimichurri, en cada bocado el atún se derrite en la boca, mientras la salsa lo complementa con un punto agridulce.
Para beber, obviamente hay una carta de sake, pero pregunta por los dos cocteles a cargo de Claudia Cabrera (Kaito Del Valle), reconocida como Icono de la Industria por los 50 Best Bars de Norteamérica. Eso sí, contempla que según el tipo de productos que quieras, la cuenta se puede elevar bastante.
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El nuevo restaurante del grupo Rokai-Kobayashi se aloja en el primer nivel de una casona porfiriana en la Juárez. Kyo Sushi-Ya atiende sólo con reservación y es un espacio tranquilo y minimalista, concebido para brindar una atención personalizada a los comensales.
Consta de una barra de madera con trece asientos, donde puedes ver a sus tres chefs japoneses en acción; sus diestros movimientos al filetear pescado y moldear los nigiri o los rollos de estilo tradicional japonés –nada de queso crema ni chiles toreados– te mantendrán hipnotizado.
El menú está basado en pescados y mariscos del día, exclusivamente omakase (selección del chef) en tres variantes: tamaño y variedad de las porciones, el número de piezas de nigiri y el precio, que va desde 480 y 580 hasta 750 pesos, sin incluir las bebidas.
De tomar, hay cerveza Tempus y otras tres japonesas. La Echigo Premium es una delicia, pero a 220 pesos la botella está de pensarse; también hay sake, shochu y whisky nipón. Si amas los productos del mar y los precios no te asustan, el desfile de pequeños platos minuciosamente preparados ante tus ojos será una experiencia que te fascinará.
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La comida japonesa llegó a nuestro país para ocupar un gran espacio en nuestros corazones. Sabemos que en la CDMX abundan las propuestas basadas en la cocina de este país oriental, pero pocos ofrece una experiencia tan personal como lo hace Yoru.
El chef Alian Fainsod abrió este espacio en la Roma para transmitir su pasión y admiración por la gastronomía nipona en cada una de sus preparaciones; se siente el respeto que esta cultura tiene por cada uno de los ingredientes. Con únicamente cuatro lugares, su barra de sushi es considerada de las más pequeñas en la ciudad. Serás testigo de cómo se preparan platillos al instante bajo técnicas con la más alta precisión.
Sobre la banqueta colocaron tres pequeñas mesas al aire libre, pero la verdadera magia ocurre al interior. De ambiente muy íntimo y antojable para ir en plan romántico, la decoración es sobria y sencilla y la mayoría de los elementos son de madera.
Durante la noche, colocan velas en las mesas para que los cuatro elementos de la naturaleza estén presentes: cada componente del menú simbolizan el agua, la tierra se representa con la madera, el aire está en todos lados (evidentemente) y las veladoras significan el fuego; esto es parte de la filosofía del lugar.
En la carta encuentras nigiri sushi de salmón, lobina e incluso de anguila o almeja chocolata. Mención especial a que los pescados y erizos son traídos del mercado de Toyosu, el segundo mercado de pescados más grande de Japón acondicionado con tres edificios....
El chef Makoto Okuwa es japonés de nacimiento, familiarizado con las técnicas del sushi desde los 15 años. Se entrenó con Masahuru Morimoto, uno de los Iron Chef originales. En 2011 Makoto abrió la primera sede en Miami, y fiel a su herencia, logró el suficiente éxito para expandirse a Panamá en 2016. Este año llega a México y planea llegar a Brasil en 2018.
Mientras que el ambiente sobrio y refinado te da una tranquilidad especial, el menú te abre los ojos a lo diverso. Con entradas frías y calientes, ensaladas, arroz, robata, nigiri, maki, y para el conocedor de gastronomía nipona, carne Wagyu o 12 sashimi de pescados importados, que con un presupuesto despreocupado te dará un verdadero deleite.
Elegir qué comer es difícil, la ventaja es que nada decepciona, sobre todo si te atreves al sushi tradicional, al que debes colocar una lámina de jengibre antes de humedecer en soya. Esto despierta los aromas y los hace más agradables.
Cada plato viene con 10 piezas generosas; los incuestionables son anguila y camarón. El primero de sabor muy potente y salino, bañado en salsa con más anguila, y a pesar de la intensidad, en ningún momento pierdes de vista el sabor del arroz. En el de camarón lo que destaca es la textura crocante.
Entre el capitán de meseros y los chefs en turno se aseguran que las mesas tengan una buena experiencia. Lo grato es que tengamos en la CDMX otro restaurante de técnicas de alta cocina japonesa.
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Masaharu Morimoto rompió con la alta cocina japonesa al modernizarla. Creó un concepto al tomar la esencia de los platillos tradicionales y combinarlos con ingredientes occidentales. Es uno de los chefs más importantes a nivel mundial, por eso, por ser el mejor en el programa Top Chef America y por haber sido el chef ejecutivo de Nobu.
Su restaurante en la Ciudad de México se mantiene al mismo nivel que sus homónimos en Nueva York, Filadelfia y Waikiki. Dentro del menú destacan el Morimito sashimi (una torre de sashimi de toro sellado, salmón, anguila, atún y hamachi acompañada de cinco salsas), el rock shrimp tempura (tempura de camarón con kochujan picante y aioli de wasabi) y el spicy king crab (cangrejo de Alaska, aioli tobanjan, microcilantro y soya dulce). Hay una buena selección de sakes para acompañar la comida y deliciosos postres para terminarla.La simplicidad y elegancia de la decoración va de la mano con la perfección de cada platillo. El estilo es simplemente fuera de lo convencional, pareciera que todo está estrictamente colocado y seleccionado, no hay un solo error en la decoración, los espacios son amplios y dan cierta privacidad a cada una de las mesas.
Techos de madera, pisos de mármol, toques sutiles de color y la estudiada entrada de luz son características de un lugar diseñado por Tadao Ando, uno de los arquitectos más reconocidos de Japón, quien forma parte del equipo de expertos del que se ha rodeado Masaharu para la construcción de sus restaurantes.
Un restaurante innovador en su arquitectura y diseño, reconocido por su refinada cocina japonesa y su concepto muy nice. Sólo un gallito (el logo del restaurante) te deja saber que esa puerta negra en Temísocles es el destino.
Un hombre vestido de traje con un audífono manos libres susurra algo a su pequeño micrófono y te abre la puerta. Al entrar, lo primero que ves es esta impresionante estructura creada por el despacho mexicano Rojkind Arquitectos en conjunto con Esrawe Studio. Atravesar la puerta sientes que entraste al primer mundo. Hay diferentes espacios para sentarte, la terraza es excelente para un día soleado. Si el clima no lo permite –o no hay mesas disponibles– los salones de adentro también son buena opción.
Uno de los espacios de la segunda planta está hecho de madera, con un alto jardín vertical y mesas sumergidas en el piso de forma que tienes que bajar un par de escalones para poder sentarte. Después del shock visual, viene el shock al paladar.
El tazón de atún es una delicia: cubos de atún fresco marinado con pedazos de aguacate perfecto, sobre una ligera capa de alga y una cama de arroz blanco. Los sushi cakes como segundo plato también son altamente recomendados: pequeños rectángulos de arroz asado, al punto que se vuelven crujientes y sobre ellos camarón marinado, suave y fresco. Por si fuera poco este es uno de los pocos restaurantes en la ciudad que cuentan con hueva de erizo, mejor conocido como uni.
De postre, pide helado mochi de frijol rojo, que...
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