Es un diner con vista a los edificios del frío –en más de un sentido– Santa Fe. En medio de este corporativismo y de su vida encorbatada hay, a modo de oasis, un discreto local local enfundado en cristales y dividido en una terraza. Al interior te cuenta su historia en la carta y en una de sus paredes. El nombre del lugar honra a Edward Klein, un combatiente de la Segunda Guerra Mundial, quien se casó con una mujer poblana y puso un restaurante en Polanco en 1962.
¿Qué sería de Popotitos sin las hamburguesas y malteadas? En la CDMX encontrarás las mejores propuestas de comida estadounidense y barbecue. Para que no haya falla y sea un primor por mucho tiempo más, te mostramos los mejores diners de la ciudad.
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