La zona más antigua de la Ciudad de México es también la más rica, en cuanto a su oferta cultural, arquitectónica y gastronómica. En los últimos años se han creado varios corredores culturales y calles convertidas en pasos peatonales, por lo que pasear por sus calles es una experiencia enriquecedora, gracias a la gran cantidad de edificios coloniales y de la época porfiriana que concentra: desde la Catedral Metropolitana o el Palacio de Ayuntamiento, hasta el edificio de Correos.
Además del edificio de La Nacional, excelente ejemplo de art decó, y el Palacio de Hierro, originalmente, el primer edificio construido en México con esa nueva técnica basada en el acero (aunque se quemó y dejó de ser de hierro). En cuanto a museos la oferta es muy variada desde el Nacional de Arte -con obras de José María Velasco- hasta el Estanquillo -objetos cotidianos convertidos en piezas de colección-. Fue reconocido por Naciones Unidas como patrimonio de la humanidad.