Visitar el Bosque de Chapultepec es una parada obligada para cualquier citadino o visitante, ya que es uno de los lugares de mayor tradición e historia en la CDMX. En sus 686 áreas de extensión, encontrarás más de 11 especies de árboles, como cedros, jacarandas y ahuehuetes; y especies animales, como tlacuaches, ajolotes, patos y garzas blancas.
Durante el siglo XV, antes de la llegada de los españoles a México, el bosque albergaba una alberca donde Moctezuma tomaba baños y aún podemos ver esta estructura, aunque ya sin agua. Más tarde, en 1785, se comenzó la construcción del Castillo de Chapultepec como una residencia de verano para virreyes y que actualmente es sede del Museo Nacional de Historia. Este mismo espacio fue escenario de la Batalla del Molino del Rey y del asalto al Colegio Militar durante la Intervención norteamericana en 1847. Y la historia no para ahí, porque en 1864, con la llegada de Maximiliano de Habsburgo como emperador de México, comienza su remodelación y es nombrado Castillo de Miravalle.
Fue hasta finales del siglo XIX, que el Bosque de Chapultepec se convirtió es un espacio dedicado a la recreación. Actualmente, niños, jóvenes y adultos disfrutan diversas actividades, desde remar por los lagos, ver películas al aire libre con Lanchacinema, visitar a los animales del zoológico y ejercitarse en el bosque.
En la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, inaugurada en 1907, se respira arte e historia, ya que alberga museos y recintos culturales, como la Casa del Lago Juan José Arreola, el Museo de Arte Moderno, el Museo Tamayo y el de Museo Nacional de Antropología, además del legendario Castillo de Chapultepec.
En el Bosque de Chapultepec también hay varios espacios que vale la pena explorar, como el Jardín Botánico de Chapultepec, donde cada mes se lleva a cabo el picnic nocturno; el Pabellón Coreano, enclavado en el Jardín de la Tercera Edad; y el Audiorama.