Luna es mamá de Matías y cuida sola de su hijo. Cuando él no se levanta a tiempo para ir a la escuela, no cumple con sus deberes y desafía su autoridad, ella le habla con gritos y terminan por pelearse. Su relación es un estira y afloja en la que ambos luchan por llevar acercarse, pero a veces el enojo y la desesperación son más fuertes que su esta intención: una línea los divide, literalmente.
Luna a veces se siente un monstruo que se transforma ante la menor provocación y Matías, resentido, descarga su furia con los compañeros de su clase. Aunque ambos son personajes de la obra Luna y Matías, dirigida por Patricia Dorantes, la historia que plantea es recurrente en muchos hogares y colegios de México. El mensaje es claro: fomentar la cultura de la no violencia a través del teatro para niños y otras actividades.
Con el objetivo de concientizar sobre este tipo de situaciones, hace ocho años se fundó Educación, Redes y Rehiletes, una asociación civil cuyo nombre hace énfasis en los procesos educativos a través de redes comunitarias.
“Nuestra metodología es lúdica y artística, se basa en el juego y la transformación. En todos nuestros ejercicios buscamos despertar interés y sensibilidad para concientizar y prevenir la violencia de género y familiar a través de diferentes expresiones.
“En el caso de las obras de teatro, utilizamos diferentes recursos como cajas con sombras o clowns. Es un solo acto sin intermedios, con duración máxima de 40 minutos, usamos al teatro como un medio lúdico-educativo de acercamiento y contacto con los niños y sus familias, para conocer temas que nos ayudan a reconocer nuestras emociones y saber manejarlas. Todos los contenidos se basan en un contexto de derechos humanos y de educación para la paz”, explica la psicóloga social Gabriela Rodríguez Zúñiga, directora de Educación, Redes y Rehiletes.
Otro de los montajes que presenta la asociación es Juana y la caja mágica, que trata sobre la inclusión, la diversidad y el respeto a la diferencia, así como En algún lugar llamado escuela, que aborda el bullying. Las obras, precisa Rodríguez Zúñiga, se programan conforme a solicitudes de atención en escuelas y centros culturales.
Además de la difusión teatral, cuentan con otras actividades como el programa Escuelas sin violencia por una cultura de paz, que consiste en realizar una intervención integral con tres tipos de población de manera simultánea e impartir con cada uno un taller distinto: Educar para construir, dirigido a docentes; Juego y transformo, para alumnos; y Cómo educar a mi hijo o hija con amor, enfocado en los padres. Al finalizar la intervención se presenta en el evento de cierre algunas de las puestas en escena disponibles.
Un proyecto más de la asociación se llama Sembramos semillas de paz y consiste en la creación de huertos comunitarios de mujeres para prevenir la violencia familiar. Hoy en día lo implementan en Tepito.
Adicionalmente, cuentan con el programa Yo soy mi colonia, yo vivo este tiempo, yo hago el mundo, dirigido a comunidades abiertas del DF y el resto del país en zonas de escasos recursos. Consiste en formar redes de niños con el tema que más les interese (cuidado del medio ambiente, educación para la paz o derechos de los menores) para aprender a dialogar, llegar a acuerdos y ejecutar las acciones que priorizan para beneficio de la comunidad.
Las actividades permanentes de Educación, Redes y Rehiletes consisten en asesorías legales a familias en situación de violencia familiar, escolar, bullying y maltrato infantil.
Asimismo, brindan atención terapéutica a niños y sus familias en situación de violencia e intervención escolar para el desarrollo de habilidades psicosociales (autoestima, manejo de emociones, establecimiento de límites y comunicación asertiva).
Educación, Redes y Rehiletes 5440 3065. info@redesyrehiletes.org.