Este pequeño venue ha albergado el cumplimiento de grandes sueños de muchos melómanos. El Lunario normalmente recibe a las bandas de culto que no llenan un lugar más grande pero que los que van son fans a morir. Por ejemplo, la primera visita de Kashmir a la Ciudad de México. Un concierto para el que ni los fans ni la banda sospecharon lo que pasaría: tres fechas completamente vendidas, fans formados afuera desde la mañana para terminar en un concierto íntimo en un espacio que no podía ser mejor para la situación.
También ahí recibimos a Beirut bailando y cantando sobre la voz de Zach Condon, no sabemos quién estaba más sorprendido, si ellos o nosotros. Ahí también vimos los Indie-O Fests rodeados de gente a la que realmente le gusta la música, no de los que van sólo porque está de moda. Lo mismo con The Radio Dept, o José González. Antes de El Plaza y del Blackberry, el Lunario era EL espacio para ver a tus bandas favoritas: una intimidad increíble entre la banda y el público, además de un muy buen sonido y arquitectura que permite ver a altos y chaparros. Les pedimos atentamente a las promotoras que no se olviden de este espacio porque los melómanos tenemos recuerdos increíbles de ese lugar que nos gustaría revivir.