5 confesiones de Alex Trimble, vocalista de Two Door Cinema Club

Todo fue nuestra idea. Gregg Houston, quien hizo el documental, ha sido un amigo nuestro desde hace muchos años. Nos encanta su trabajo. Alcanzamos la cúspide y empezamos a tocar en lugares más grandes y festivales. Con esto, las cosas se pusieron un poco locas, así que queríamos capturar eso en la cinta. No sólo por nuestro bien y nuestra memoria, sino para mostrar a la gente lo que realmente pasa.

Tocamos recientemente en Minneápolis, Estados Unidos, y Ben (nuestro baterista en vivo) pateó su bombo y rompió el parche. No contábamos con otro kit, así que corrí al bacsktage, tomé una guitarra acústica y toqué en acústico a Simon y Garfunkel. Fue algo totalmente imprevisto, pero increíble, sólo para tener esa chispa y escuchar a todos cantando con nosotros.

Supongo que las cosas se han vuelto un poco más fáciles ahora que pasamos al siguiente nivel. Al principio estábamos muy ocupados en nuestra ambición por promover un álbum y sacarlo de gira por todo el mundo. No teníamos mucho dinero, así que estábamos haciendo todo con muy pocos recursos. Nos metíamos en una vagoneta y nos turnábamos para manejar. Eran trayectos muy largos y acabábamos agotados. Luego despertábamos para hacer una prueba de sonido y salir a tocar. Si teníamos suerte, cenábamos, luego volvíamos a manejar para encontrar un lugar en donde dormir. Al día siguiente nos levantábamos para hacer exactamente lo mismo.

En esta ocasión tenemos la suerte viajar en avión, tener nuestro propio autobús para salir de gira. Ahora nos ocupamos en conseguir un café, pasear por la ciudad o simplemente sentarnos en algún lugar. Recuerdo que hace un par de años no sabíamos en qué ciudad estábamos. En estos días me aseguro de tener una idea de dónde estoy.

La primera vez que tocamos en Redding fue uno de los momentos más increíbles de mi vida. No nos dimos cuenta de que la gente sabía quiénes éramos y estábamos tocando para cerca de 10 mil personas, quienes cantaban cada una de las palabras de las canciones que yo había escrito en el desván que está arriba del garaje de mis padres, cuando tenía 16 o 17 años.

El año pasado que regresamos ahí a tocar, todas estas emociones volvieron a mí. No sabía lo qué iba a suceder. No sabía si iba a ser lo mismo, si iba a ser mejor, peor y eso realmente me provoca un rush de adrenalina que se dispara a través de todo mi cuerpo y de electricidad que se genera y se contagia entre nosotros tres.

Creo que me gustaría dedicarme a ser creativo y componer música. Es tan difícil con las cosas como están hoy. Salir de gira es muy importante para mantener un perfil y realmente hacer una carrera, tanto financiera como todo los aspectos; pero la razón por la que me metí en esto es para hacer música y grabarla. Amo estar en el estudio.