Los accesos viales son un desastre; estacionarte es un caos; tienes que caminar como dos kilómetros sobre el pavimento del Autódromo para llegar al concierto; ahí cuando llueve, diluvia; si te toca asiento en las gradas hay un 99% de probabilidades de que el lugar que te toque sea lamentable; y sin embargo ahí han tocado las mejores bandas del mundo, se han ofrecido conciertos memorables, festivales, eventos deportivos: es simplemente el recinto de espectáculos privado más importante de la ciudad y uno de los de mayor aforo, superado en capacidad tan solo por el Estadio Azteca y el Zócalo (cuyas dimensiones y alcances para estos eventos ya son irracionales).
Si vas a comprar un boleto, asegúrate que no sea en las gradas, la mejor zona en precio y calidad suele ser “General B”, donde está la raza y, por lo tanto se rockea más auténticamente, está el ambiente bueno y demás. Si no conseguiste ahí, vende uno de tus riñones en el mercado negro y adquiere boletos para la zona “General A”. Si tampoco había (o nadie te compró tu riñón), te anticipamos que tu experiencia en las gradas será un poco frustrante.