Quizá el diseño de La Ventanita no era tan atractivo como lo es ahora: tipografía negra, sencilla, estilizada y bastante contemporánea, además de mobiliario simple, pero de buen gusto. Esto, gracias a que el grupo Archipiélago lo compró como parte de una estrategia de establecimientos de concepto fuerte que rodean toda una esquina de la glorieta de la Cibeles, en donde también se encuentran la pizzería Cancino y el restaurante y club Montés, lo que ha hecho de esa banqueta una zona con aires de Europa y donde se puede ver gente bonita, mezcla de fresas y hipsters mañana, tarde y noche.
Ahora se han colocado varias bancas de madera alrededor de los árboles y justo en frente hay una estructura que remite al jardín de una villa italiana que está repleta de enredaderas, macetas colgantes con helechos y algunas flores. El piso es de piedritas y hay unas cuantas mesitas de madera para sentarse y tomar uno de sus cafés más famosos: el capuccino con chocolate blanco. Las bebidas se pueden acompañar con un bizcocho fresco y suavecito como una concha, el clásico chocolatín, la oreja o un muffin de moras, todo de la panadería artesanal Rustic Pan conocida por sus hornos de piedra y por su cuidado en no agregar conservantes o aditivos a la masa.
Desde hace más de 30 años la idea principal de La Ventanita es que despachen el café por medio de una ventana: un intercambio rápido y eficaz para una mañana de andar a prisa, también es una buena opción para deportistas que han terminado su rutina de ejercicios y pueden sentarse en la barrita que da al parque a tomarse un expreso, un americano o para variarle un chai latte. La Ventanita ofrece café de Chiapas y se tuesta ahí mismo, dentro del localito hay unas latas amarillas muy atractivas, pero sólo son de adorno; el café molido para llevar a casa se le da al cliente en una bolsita de papel kraft que huele maravilloso. Si vas a tomarte un cafecito y se te abre el apetito, la recomendación son unos huevitos Cibeles: estrellados con tortilla de maíz, jamón de pavo, queso Oaxaca y bañados en una salsa roja con trocitos de jamón serrano.