Descubre las loncherías, las mejores tortas ahogadas y chiles en nogada en la Ciudad de México.
Publicidad
Comida mexicana en la CDMX
Después de trabajar con Enrique Olvera de Pujol y con Martha Ortiz de Dulce Patria, el chef Alejandro Cuatepotzo crea el menú de Arango, una terraza restaurante ubicada frente al Monumento a la Revolución, con una de las vistas más imponentes de la Ciudad de México ya que se montó en lo que alguna vez fue la azotea del edificio, ahora techada.
El nombre lo obtiene por el personaje histórico de la Revolución mexicana Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa. Entonces, la comida que ofrece su menú es mexicana pero va condimentada con la primicia de ser una cocina de raíces. Esto invita los ingredientes locales y las recetas tradicionales de varios estados de México, como Yucatán, o Puebla, de donde el chef Cuatepotzo es originario.
Cuando terminas de admirar la belleza del restaurante y su vista, plenamente brillante por el sol durante el día y románticamente iluminado por la noche, es indispensable pasar al ventanal a observar el mural de Pancho Villa, del pintor Sergio Segovia.
Arango es un concepto que se puede confundir fácilmente por uno de esos lugares a donde acuden empresarios y políticos, donde la comida es solo una manera de pasar el tiempo mientras se cierra un negocio. Aquí, en cambio, hay una propuesta culinaria importante y fresca.
La ensalada de betabeles y palmitos tiene pinta de sencilla, pero con el puré de colinabo, un cremoso de queso y la vinagreta de avellana, este platillo es una de las mejores cartas para comenzar el juego.
Luego los tacos de...
El menú es pequeño pero suficiente. Es una taquería de Monterrey que ya está haciendo ruido en la Roma.
Al pastor se le llama trompo y es una de las tres proteínas con las que trabajan. Las otras dos son el bistec y el chicharrón. Comencemos con el último, la parte del cachete de cerdo sumergido en ajo y frito al punto para que quede crocante y suave al mismo tiempo. Por otro lado, confían tanto en la suavidad de su bistec que no lo pican, lo sirven completo en la tortilla hecha a mano. Sí, es casi una gaonera.
El pastor, perdón, el trompo, es cumplidor a su manera, bien sazonado pero mejor servido. Se esmeran con la piña, la cebolla caramelizada y una sorpresa muy grata: papas aplastadas que quedan perfecto con salsa de yogur y pepino.
El factor queso no se queda atrás. Hay tortillas de harina norteñas y grandes, con queso derretido a las que les puedes añadir la carne de tu preferencia. Mi recomendación es la campechana, con pastor y bistec.
Las salsas, servidas en su propia charola, merecen su propio párrafo. Hay de cilantro, tomatillo, chile de árbol y chile piquín; como en el vino, la mejor es la que a ti te guste.
El menú de postres es casi tan grande como el de tacos, hay buñuelos, paletas de guayabas, obleas con cajeta… bueno, no por nada el logo de la taquería es una vaca de cuerpo completo.
Entre otras propuestas, Tacos Orinoco son una gran oportunidad para volver a la Roma, aunque en realidad sean un viaje al norte del país, y sus horarios nocturnos caen como...
Publicidad
La chef Gaby Ruiz (Carmela y Sal, Carmela DeMorada) se alió con las cafeterías Cielito Querido para crear un nuevo concepto justo frente al famoso Poliforum Siqueiros. Esta bella esquina de techos altísimos y terraza exterior comienza a ser descubierta por los oficinistas de la zona. El menú se amplió con desayunos y platos de comida apapachadora de las comidas corridas, como unas albóndigas, sopa de la milpa o ensalada de nopales, pero donde no falta el sello de la chef tabasqueña. Para el after office, hay una carta de coctelería donde casi todos los tragos llevan café.
También lee: Cafeterías con talleres de arte
Llegué a la hora de comer, así que me fui directo hacia la torta ahogada de brisket, con cebolla morada encurtida y kimchi casero. Ojo, si estás esperando una torta súper picosa como las tapatías, aquí el grado de picante es ligero. A su lado pedí también una sustanciosa ensalada mexicana con lechuga, elote amarillo, frijoles, tortilla frita y quesillo.
La carta contempla varias opciones vegetarianas, de las cuales te puedo recomendar el sope de lentejas ahumadas con salsita encacahuatada y trozos de plátano macho frito. Pero de lo que tenemos que hablar seriamente es del postre: el tamal de taro acompañado de un café o una horchata caliente (si eres dulcero) te van a hacer la tarde. No es sorpresa que me confirmaran que este tamal, con la masa súper esponjosa, coronada con crema montada y bolitas de tapioca de jerez, sea el más pedido de la carta, junto con...
Las experiencias por las que hemos atravesado nos marcan y en el caso de los cocineros dejan sabores arraigados en los recuerdos. Así fue como el chef Andrés Trillo creó el menú de su nuevo proyecto, Trillo, inspirado en todo lo que ha significado algo importante para él en algún punto de su vida.
Es un lugar cálido, con mobiliario cómodo y una estética moderna digna de la Roma. Así que se espera que el menú esté a la altura del hermoso sitio recién abierto. Comenzamos con las coles de Bruselas con un puré de nuez de la india ($200) el plato también tiene trozos de tocino grueso y al probar todo junto, el sabor que predomina es el de tocino. El que se lleva las palmas es el puré de nuez porque es extremadamente cremoso y se puede comer así solito.
Para continuar, probé la ensalada de sandía y arúgula con queso parmesano ($160). Es muy refrescante gracias al aderezo de albahaca y, en conjunto con los trozos de sandía, es una opción innovadora. Toma en cuenta que la arúgula tiene un sabor marcado y fuerte, que a muchas personas les puede parecer abrumador.
En el menú encontrarás tacos de lengua ($110 c/u) laa porción de lengua y de frijoles es vasta. En cada mordida predomina el cilantro de la decoración. También tienen uno llamado “El Taco” ($180 c/u) de pork belly, queso gratinado, jaiba frita, aguacate y frijoles. En este taco mis acompañantes de mesa y yo coincidimos porque se quedó en el menú: imperdible. Hay momentos en que la textura de la jaiba frita mezclada con lo...
Publicidad
El mismo grupo restaurantero responsable de Séptimo en Coyoacán, ahora inaugura este salón decorado con motivos mexicanos estilizados y una barra iluminada al fondo. El servicio es cordial, te hacen sentir a gusto desde que llegas; cuando fui todavía no contaban con carta de coctelería, pero el trago de mezcal con hoja santa que el mesero sugirió estaba muy bueno, refrescante y nada empalagoso.
De su carta de alimentos, en la que destacan las albóndigas con tuétano, las enchiladas de pato con mole negro y el aguachile de callo y camarón, me decidí por dos entradas para compartir: una hoja santa con queso Oaxaca fundido, bañada en caldillo de jitomate, muy rica para taquear, y luego un chile de agua relleno de machaca guisada, que me pareció una lograda fusión de sabores del norte y el sur de México.
Era jueves en la noche y el lugar estaba lleno; había mesas con pequeños grupos de amigos, parejas, y un grupo que tocaba clásicos de salsa, no con la intención de armar baile, sino para poner ambiente, con lo que se creaba una atmósfera animada sin llegar a ser un franco desmadre, que se agradece para después de trabajar. Por todo lo anterior, Bartola es una recién llegada muy bienvenida pues alegra los rumbos sureños de la CDMX.
Se definen a sí mismos como creadores de la comida mexicana contemporánea: un autonombramiento que conlleva una gran responsabilidad y que, por lo tanto, los sitúa en un muy alto nivel de exigencia gastronómica.
Su local, en el corazón de Coyoacán, fue quizá de los primeros en ofrecer mezcales como primera opción de bebida, cuando decidieron hacer su etiqueta del destilado de agave de Santiago Matatlán, Oaxaca. También han impulsado a los productores nacionales de vino.
Recomendamos que pruebes la entrada de hoja santa con queso de cabra y los ya históricos ravioles rellenos de huitlacoche: una mezcla que quizá ahora puede resultar común, pero que en su momento se trató de una audacia que marida a la perfección el sabor suave de la pasta con los tonos terrosos del hongo negro. Si tu apetito es más temperamental, pide el filete de res con aceite de guajillo, queso asadero y chile pasado acompañado con pasta de frijol, que debe ir junto con una copa de vino rojo. Pide al mesero te oriente cuál es la botella más acorde a tu presupuesto.
Si puedes elegir entre comer dentro o fuera del lugar, te recomendamos el exterior, con vista a la fuente de los coyotes. No cuentan con valet parking ni estacionamiento propio, aunque tienen un convenio con uno a cuatro cuadras en donde podrás guardar tu vehículo.
Al final, sin embargo, es una experiencia que parece haberse congelado en los noventa a beneficio de los turistas que visitan Coyoacán y ya sería hora de una renovación de su...
Publicidad
La Guadalupana, veladoras para el marido cumplidor y manteles floreados, no puede haber algo más kitsch que eso. Te tomará lo largo de tu hora de comida para terminar de absorber todos los elementos visuales de la nueva sucursal de Chilakillers en Santa María la Ribera; ahora recargada con murales de artistas locales en paredes y techo, y con un comedor tres veces más amplio. Se acabaron las filas interminables de los fines de semana en los que harías cualquier cosa por uno de esos chilaquiles. Lánzate a la Santa María, a unas cuadras del Metrobús Buenavista, aquí seguro encuentras lugar de volada.
El menú sigue en plan sencillo y poderoso en el que eliges el ingrediente principal y salsa para los chilaquiles. Me convencieron los de chorizo y los pedí en orden completa, así que pude combinar dos salsas: verde y aguacate. Imponentes ellos, si no supiera que los totopos son voluminosos, hubiera apostado a que se trataba de un plato de más de un kilo. Con nopalitos y cebolla, frijolitos refritos y bastante queso y crema, la neta es que estos chilaquiles sí desquitan los $110. Por lo mismo del gentío, ya tenía un par de años que no los comía, y por si no los conoces, también puedes elegir entre arrachera, huevo, pollo, bistec o cecina, o vegetarianos con nopales, espinacas, champiñones y flor de calabaza en salsas de mole, roja, frijol y superpicosa.
Arma tu paquete de desayuno con café, pan dulce, jugo y fruta, o tus chilaquiles al gusto en torta. En cuanto a los otros...
Don Rafa y su familia preparan todos los días alrededor de 20 kilos de birria de borrego estilo Michoacán. Lo ideal es pedir una orden que cuesta 65 pesos y acompañar de tortillas hechas a mano.
La receta que ofrecen no es muy salada ni especiada, si la pides con cebolla y cilantro la sopa queda perfecta. Haz tus propios tacos con la carne suavecita que se cocinó lentamente o un taco de aguacate con salsa martajada de chile cuaresmeño y serrano.
También puedes pedir por tacos o en tostadas y obviamente, un consomé extra para ponerle limón y unos chiles de árbol secos bien fritos.
Publicidad
Es un imperio femenino y poblano de recetas tradicionales. Son tacos y el menú se observa en las cazuelas humeantes de barro con más de 10 guisados en cuanto llegas, con la respectiva decoración de pápalo en un jarrito de barro.
Los más pedidos son los de rajas con crema o los de moronga, cuyo sabor combina a la perfección con unas gotas de limón y salsa roja. Lo que hace a estos tacos de guisado especiales es la longaniza que hacen en Puebla con una receta secreta que no encontrarás en otro sitio, va cocinada en salsa y en un taco con arroz que no necesita que le agregues nada más.
¡Llega temprano porque todo se acaba!
Dicen que con ellos sazonas tu día y tienen toda la razón. Queremos recomendarte una de las fondas de comida corrida más completas de la zona y con quince años en el negocio, justo en la frontera de Polanco con la Anzures en donde los oficinistas y aficionados al arte de comer entre 1 y 4pm abundamos; también es donde probamos un aderezo césar muy apegado a la receta tijuanense.
Te reciben en la entrada para saber con cuántos vienes, no dudes en llevarte a toda la oficina o a toda la familia; tienen un comedor confortable y un rápido servicio. Hay un menú estacionario y diario uno distinto para comer de corrido los tradicionales tres tiempos; puedes intercalar entre ambos las entradas y los platos fuertes, en caso de ser necesario incrementan algunos pesos el precio, pero valdrá la pena.
Es comida casera desde el punto de vista del arte de la cocina mexicana. En el menú fijo hay entradas como consomé ranchero, sopes o ensalada césar; cuyo aderezo lleva parmesano y anchoas. Hay carnes asadas, con enmoladas, a la mexicana o al albañil, se me antojó probar el higadito encebollado, pero será en la próxima visita. En la cocina mexicana están los famosos chilaquiles que puedes pedir rojos, verdes o de mole, ponles carne o pechuga y frijoles. También están las cotizadas enchiladas de cualquier color (puedes pedir piezas extras); no faltan las sofisticadas milanesas y los célebres tacos dorados con su crema, lechuga y queso.
Para esos días en los que decides hacer dieta o...
También te puede gustar
También te puede gustar
Discover Time Out original video
Publicidad