Dirigida por Alejandro González Iñárritu, El renacido es una película brutal de drama y venganza, que toma lugar en 1823, cuando Hugh Glass (DiCaprio), un hombre fronterizo –que sí existió–, es abandonado en las montañas después de ser atacado por un oso y de que su equipo lo diera por muerto.
En la filmación de El renacido te enfrentaste a situaciones muy extremas. En una escena tu personaje tiene tanta hambre que come hígado crudo. ¿En serio hiciste esto?
¡Sí! Lo hice, porque la carne falsa que me dieron no parecía real. Arthur, el actor nativo con el que trabajamos en esta película, pasó el día anterior comiendo hígado mientras yo comía un gran pedazo de Play-Doh. Tuve que probar las vísceras dos veces y mi reacción se ve en pantalla. Es instinto.
A simple vista parece que fue una película complicada de hacer. En escala del uno al 10, ¿qué tan difícil fue lograrla?
10, aunque todos sabíamos lo que estábamos firmando. Éramos conscientes de que nos aventurábamos por una experiencia como Fitzcarraldo (Werner Herzog, 1982) o Heart of Darkness (Nicolas Roeg, 1993). No podríamos recrear todo esto con CGI.
¿Hubo accidentes o inconvenientes por filmar a la intemperie?
¡Todo el tiempo! En realidad el verdadero enemigo fue el frío, que estuvo cada uno de esos días. Yo tenía una máquina especial a la que llamé “el pulpo”, era una especie de secadora para cabello pero gigante y con ocho tentáculos, que me calentaba entre toma y toma.
¿Eres del tipo de personas a las que les gusta todo al aire libre y se levantan a las 5am para correr o caminar?
No diría que las 5am, pero definitivamente soy de actividades al aire libre. Me encanta estar inmerso en la naturaleza, ir por el mundo para conocer lugares vírgenes. Es casi una experiencia religiosa cuando vas a un lugar como el Amazonas y no hay civilización en miles de kilómetros.
¿Qué significaría para ti ganar un Oscar?
¿Honestamente? Nunca pienso en eso cuando estoy haciendo películas. Nada de lo que he hecho tiene como finalidad conseguir un premio. Cada vez que estás ahí (actuando) sólo tienes que dar lo mejor de ti.
El renacido muestra una visión del mundo muy sombría. La gente se hace cosas horribles, pero no es nuestra naturaleza. ¿Eres un pesimista?
Es una pregunta interesante para mí como ambientalista. Miras hacia atrás, a ese momento (en El renacido) durante la explotación del oeste –la extracción de recursos naturales, la aniquilación de tribus nativas, la tala de árboles y las excavaciones por el petroleo–; entonces piensas: ¡Fuimos muy brutales! Estamos destruyendo la naturaleza y matando especies a un ritmo sin precedentes. Con el cambio climático firmamos nuestro propio destino. Recién llegué de París (por las convenciones sobre el cambio climático). Si no tenemos una resolución al conflicto, estamos destinados a un futuro muy sombrío.
¿Entonces eres un pesimista?
No. Tengo la esperanza de que evolucionaremos como especie, pero hay algo en la naturaleza humana que es muy destructivo.
Tienes 41 años, ¿qué queda en tu lista de pendientes?
Tomarme un descanso.