La expresión "Hanky Panky" es todo lo que no quieres que tus papás te cachen haciendo con tu pareja. Cachondeo, pues. También es el nombre de un trago que preparó la legendaria Ada “Coley” Coleman con fernet, vermouth y dry gin en el bar del lujoso hotel Savoy en Londres.
Nunca esperarías encontrar un bar tras este disfraz (que no te podemos describir), sin embargo, mientras das la finta de ir al baño, en realidad, te adentras a un mundo oculto, lleno de secretos. Bienvenido a Hanky Panky. Este bar, un categórico speakeasy, se descubre sólo de boca en boca, eso sí, de las más selectas.
Todo malabar vale la pena por la experiencia de pasar la noche en un bar cuya dirección no se puede compartir, que pocos saben que existe en algún lugar de la ciudad y de donde al final, sales por el refrigerador que oculta la salida. Pero antes, hay que entrar, así que me puse las pilas, hice un par de llamadas y la puerta se abrió.
Me senté en una silla ancha, sexy, roja y con remaches color bronce. El lugar tiene lámparas minimalistas, luz baja, un espejo en el que se refleja todo lo que sucede en la barra y una especie de altar a Coley, en medio de un librero a medio llenar.
Empecé a leer el menú de cocteles seleccionados y creados por mixólogos como Ricardo Sandoval (Limantour) y Philippe Zaigue (Artemisia), en exclusiva para este bar. Pedí el hanky panky, un trago de este coctel me transportó al Savoy, mientras saboreaba el amargor equilibrado con lo dulce, un trago femenino y perfumado. Luego probé el fortunite, con mezcal de la casa, apio y uva, imagina esos ingredientes juntos; es ahumado, dulce y astringente, con el toque vegetal del apio.
Se me antojó algo de botana y me encontré con que el menú fue diseñado por el chef Maycoll Calderón (Huset). Se me atravesó el sashimi de hamachi y era una carambola de sabores: una gloriosa versión con aguacate, sabores ácidos y rebotes aromáticos por los brotes de verduras. Luego la costilla glaseada, tierna y jugosa por la lenta cocción y acompañada de un terso puré de papa.
En este bar hay cocteles con un conejito de chocolate, otros con azafrán y así, cada coctel y platillo son un momento por sí mismo, una experiencia y un protocolo especial. Sí, también hay un sistema para entrar (que no te de flojera). Hay que entrarle al juego y para eso te recomendamos buscarlos en su redes sociales; déjate seducir por este mundo de misterio y participar en el secreto que merece ser protegido.
En la vida hay oportunidades que uno no debe dejar pasar: todo coctel y todo bocado de Hanky Panky Cocktail Bar es una de esas.