“La caricatura es un instrumento de lucha. Descubrí que la prensa es lo más práctico como tribuna para lanzar ideas políticas, morales; incluso para el ataque”, dice Rogelio Naranjo.
Desde 1968, el artista michoacano decidió dejar la pintura y dedicarse por completo a la caricatura. Durante los últimos 47 años, Naranjo ha plasmado en sus cartones una fina crítica de injusticias sociales, apuntando contra un amplio abanico de personajes de la política, el clero, empresarios, intelectuales y artistas.
A través de esta ambiciosa muestra, se puede hacer un repaso a la historia del país acompañado de una aguda ironía. Pero más allá de apreciar sus ya conocidos temas, vale la pena descubrir las otras facetas menos vistas por el público; por ejemplo, la veta erótica (el calendario PORNaranjo, de 1970), los dibujos e ilustraciones de tema libre (publicados en la revista Técnica Pesquera, imperdibles), collages y carteles de películas, y los contados óleos que sobrevivieron al tiempo.