Existen dos naturalezas: la primera es el mundo o universo natural que rodea al humano. La segunda responde a las creaciones racionales del hombre, como la arquitectura, el arte o las matemáticas, y es la que imprime la necesidad de las personas por encontrar explicaciones de su hábitat.
Esta relación del ser humano con su entorno es el tema principal de la muestra Segunda naturaleza, de Eduardo Terrazas, una retrospectiva de la carrera del arquitecto jalisciense, bajo la curaduría de Paula Duarte.
La exposición integra más de 70 obras de diversas técnicas del creador de la imagen de las Olimpiadas del 68, hechas durante cinco décadas de trabajo. Terrazas destaca por su obra multifacética que aborda la arquitectura, la geometría y el diseño, y que interrelaciona con diferentes ámbitos del conocimiento.
El recorrido inicia con Posibilidades de una estructura, serie que denota la belleza y simplicidad de formas que ofrece un conjunto de líneas. Terrazas ofrece una reflexión sobre las posibilidades infinitas para crear figuras. También da muestra de la variedad de materiales que utiliza, como en piezas con hebras de lana que cubren una tabla de madera con cera de Campeche.
Segunda naturaleza incluye tres instalaciones creadas exprofeso para la exhibición del Museo de Arte Carrillo Gil: Parteaguas, Crecimiento exponencial y Muro Jenga.
Parteaguas consiste en dos cajas de luz que dividen la imagen de un hongo nuclear en el atolón de Bikini de las islas Marshall. Aquí expone una clara preocupación por la destrucción del humano y su sentido de sobrevivencia.
Crecimiento exponencial es una interpretación de la obra original homónima que forma parte de la Colección Jumex. Se trata de una instalación que incluye elementos de animación de video en un cuarto. Las líneas acomodadas de forma perpendicular y paralela dan la sensación de expansión en el ambiente.
El Muro Jenga es parte de la serie Museo de lo cotidiano. La pieza es una pared de casi nueve metros de largo conformada por bloques de Jenga de múltiples colores, colocados de diferentes formas y que aprovechan la textura y geometría de las piezas de madera.
Reglas de madera sobre bastidor es una pieza que demuestra que los objetos cotidianos pueden integrar una pieza de arte y ofrecer a los espectadores una experiencia estética. Esta lección es fundamental en la obra completa de Terrazas, quien se vale de elementos tan comunes como reglas o juguetes para transformarlos en algo extraordinario.