James Turrell (Los Ángeles, 1943) es un artista que tiene una fascinación con la luz y el espacio. Su obra, que comenzó a finales de 1960, va desde lo monumental (intervino un extinto cráter volcánico en el desierto de Arizona para hacer un observatorio) hasta piezas minimalistas.
En esta ocasión, la Galería OMR en colaboración con la galería Häuler Contemporary de Alemania, traen a México dos obras de la serie Shallow Spaces, proyecto desarrollado por el artista en los años setenta y que se presentan para esta exposición llamada Double Stuck, 1970.
Las obras de Turrell son ilusiones con luz tan convincentes que hay que experimentarlas en un acto contemplativo. Debes dilatarte en observarlas para que descubras la suerte de espejismo al que el artista te somete.
Después de pasar por la primera sala, atraviesas un pasillo oscuro que tiene como objetivo preparar la mirada. Allí se encuentra una banca que invita al espectador a tomar asiento. En los muros blancos hay dos luces rectangulares, una de color rosa y otra azul “proyectadas” en la pared. Pero no es hasta que te acercas y miras detenidamente cuando descubres la ilusión óptica que Turrell creó.
Al bajar las escaleras de la galería, está la segunda pieza. Un espejo enfrenta al visitante con su propio reflejo. En ese cuadro se observa lo que aparenta ser una luz proveniente del techo, pero si te mueves un poco, podrás seguir la figura tridimensional que se forma frente a ti. En realidad, estás frente a hologramas que parecieran desplazarse al lado contrario de la dirección de tomes.
El tránsito de una sala a otra se torna confuso pues no hay un señalamiento que te advierta hacia dónde debes continuar. Sin embargo, ambas piezas despiertan una curiosidad inminente por conocer más sobre este autor. No es fortuito que tres de los grandes museos de Estados Unidos (Los Angeles County Museum of Art, LACMA; Houston Museum of Fine Arts y Solomon R. Guggenheim Museum New York) le rindieran homenaje al mismo tiempo en 2013, como parte de la celebración de su cumpleaños 70.
Las dos piezas que se presentan en la Galería OMR nunca habían estado en México. Incluso una de ellas, Stuck Ultraviolet, no había sido expuesta desde que fue creada en 1970.
Turrell te confronta con un ejercicio en que la contemplación y la curiosidad son básicas para entender cómo la luz afecta la forma en que percibes el espacio y como éste te invita a la meditación.
Ausencia y presencia se combinan para descubrir que la obra de este artista no es sólo lo que vemos con los ojos, sino justamente lo que la mirada no alcanza a percibir en un espacio donde nada es lo que parece.