Con murales que bien podrían ilustrar un libro de la tradición pulquera, este establecimiento representa una síntesis entre tradición y propuesta.
A diferencia de los clásicos establecimientos, aquí se ofrecen cervezas, mezcales y otras bebidas que suavizan la inmersión en el ambiente pulquero a parroquianos no avezados.
Sus noches de karaoke durante los fines de semana lo hacen parecer más un bar, mientras que su variedad de cremas de sotol lo acercan a una mezcalería.
Los visitantes son recibidos con una jícara de palomitas y un pizarrón que describe los curados del día. Los sabores consentidos son mango, tuna, durazno y guayaba, pero los viernes se pueden encontrar un verdadero tónico revitalizante: una mezcla de pulque, amaranto, nuez, miel y almendra llamado huelia, que significa fuerza, en náhuatl.
Según Carlos González, encargado del lugar, pronto habrá también tepache y colonche, otras dos bebidas fermentadas de piña y tuna, respectivamente.