La Cervecería de Barrio era ya un clásico de la Condesa: un concepto que surgió hace siete años, pero faltaba que abrieran la sucursal frente a la Cibeles. Ahí se consagraron. Este restaurante está inspirado en las marisquerías populares, en las que el espacio al aire libre se combina con los sabores costeños y la cerveza. Actualmente la mayor parte de los visitantes va a disfrutar de una cerveza y alguna botana, en otros casos van de precopeo y otros más van a “curarse” la resaca por una noche de fiesta.
Cuenta con mesas espaciadas y varias pantallas para que la gente vea el fut, el americano, a veces el beis o el básquet, y por otro lado cuenta con la fuente de Cibeles como paisaje arquitectónico. Y, como dijimos, se consagraron: normalmente está llena, por lo que si se pretende ir, se debe considerar que la espera es de una media hora para conseguir mesa aun con su recien inaugurado segundo piso.
El restaurante-bar presenta una variedad de tragos y alimentos que se complementan perfectamente con alguna de las salsitas picantes que se pueden encontrar en el bote al centro de cada mesa. Se recomiendan los cocteles (camarón, ceviche o pulpo), las brochetas de camarón, la torta de marlín, el medio kilo de calamar pelado, los ostiones medianos y la crepa de mariscos. Además de los alimentos, tienen prácticamente cualquier trago refrescante que se requiera como michelada, clamato, margarita, caipirinha, martini o una cerveza fría. Todo en combinación con el ambiente playero que trata de inspirar el lugar.
Es para ir con los amigos, y no precisamente para ligar o socializar, sino para disfrutar relajadamente del sabor de los mariscos y de la cerveza. Los alimentos son frescos y de calidad, pero los precios de las bebidas son altos para la oferta general en la ciudad.