Lampuga (m) [lam-pu-ga]: Especie migratoria famosa en la pesca deportiva por sus colores y en la pesca comercial por sus cualidades alimenticias. Este es el nombre del bistrot localizado en una de las áreas más transitadas de la colonia Condesa, la esquina de Ometusco con Nuevo León.
El nombre hace perfecta alusión a la imagen del restaurante; aunque por fuera parece ser un restaurante francés con una simple fachada con carpas y sillas, por dentro la decoración se remonta a cualquier comensal a los placeres del mar. En las paredes se pueden encontrar pinturas de peces y en la barra superior sobre la cocina, un largo pizarrón pintado tanto con el menú y promociones del día, como con figuras del mar, olas y fauna marina.
Aunque el espacio es algo reducido y las mesas son pequeñas, éstas se encuentran espaciadamente distribuidas en el local. La música del lugar mantiene buen volumen con selección de canciones como “Sunglasses at Night” de Corey Heart. Todo este entorno lo iluminan esferas de vidrio que penden del techo del lugar.
El comensal es recibido con un caldo picante de camarón cortesía de la casa y con el menú. La variedad de platillos (más de 100) se puede complementar con una copa de vino espumoso, una cerveza u otra bebida. Entre los platillos que maneja Lampuga, se recomienda para empezar una (o un par) tostada de atún crudo con salsa de la casa, cubierta en tirillas de tortilla, crujientes de camarón, clam chowder Lampuga o la pasta con almejas en vino blanco.
Algunos de los platillos estrella del lugar son los tacos de pescado, el gazpacho, el ceviche Lampuga, los mejillones de la casa, el salmón a las brazas con mantequilla de la casa y el medio pulpo a las brazas. Cabe destacar que se pueden elegir las guarniciones, puré de papa, espárragos a las brazas o espinacas por mencionar algunos. Cada uno de los platillos es decorado cautelosamente con hojas de yerbabuena, menta o gajos de fruta. Como postre, una de las especialidades del lugar es el flan de la casa (de queso) con caramelo o flan de coco.
Esta cocina de barrio abrió sus puertas en el 2005 y parece que no habrá fecha de cierre ya que cuenta con amabilidad en el servicio y personal capacitado para ofrecer atención y conocimiento tanto del restaurante como de los platillos que ofertan. Además de todo, el precio es bajo en comparación con la alta calidad y sabor de los alimentos.