Todo empezó cuando eran niños. Criados en Minnesota, Ethan y Joel Coen ahorraron el dinero que ganaron cortando césped para comprar su primera cámara, una Super 8. Desde entonces han hecho películas juntos con un estilo bastante oscuro, excéntrico y, a menudo, hilarante como Sin lugar para los débiles, El gran Lebowski, Balada de un hombre común y Fargo.
Su más reciente filme ¡Salve César! nos regresa a principios de los cincuenta, en la época de oro del cine hollywoodense. Josh Brolin es Eddie Mannix, un negociador que entra en pánico luego de que su gran estrella Baird Whitclock (interpretado por George Clooney) se pierde fuera del set con todo y sus sandalias épicas y su espada. Mientras Eddie busca por tierra y cielo a su mina de oro, nos encontramos con Channing Tatum, como un bailarín de tap y actor, y a Scarlett Johansson, quien da vida a una bella protagonista de un ballet acuático.
En camino a la premiere de ¡Salve César! en el festival de Berlín, nos reunimos con los Coen en Londres. Con 61 años, Joel es el mayor, el más alto, serio e informal. Ethan, con sus 58, es contundente, terminando apenas unas frases y es muy risueño. Es muy difícil imaginar a uno de ellos hablando de sus películas sin el otro.
¿Es verdad que George Clooney pasó años tratando de hablar con ustedes sobre la realización de ¡Salve César!?
Joel: ¡Sí! Le contamos a George la idea de esta película hace muchos muchos años, probablemente en el primer filme que hicimos con él, O Brother, Where Art Thou? A George le encantó y durante años, cada vez que le preguntaban sobre su próxima cinta, él decía: ¡Salve César!. Después de un tiempo, pensamos en que quizá deberíamos escribirla.
¿Qué hizo de Clooney un actor perfecto para ser Baird Whitclock, una estrella de renombre pero no la persona más inteligente?
Joel: George es como una estrella de la vieja guardia en muchos sentidos. Nos encanta cuando interpreta a un idiota en nuestras cintas, es tan bueno en eso. Es difícil hacerlo al menos que seas muy bueno y George se mantiene buen rato en ese tono. No tiene vanidad cuando se trata de esas cosas, pero también necesitábamos creer que es una estrella de cine. No cualquiera puede hacer eso.
¡Salve César! se desarrolla en un lugar y tiempo en específico y con personajes reconocibles, aunque no está basado en eventos reales, ¿o sí? No son historiadores...
Joel: Hay modelos históricos que retomamos para algunos de los personajes, pero todos son ficticios. Por ejemplo, para el papel de Scarlett Johansson pensábamos en Esther Williams (la nadadora y actriz que apareció en musicales acuáticos), pero no tratamos de recrear a Esther.
Entonces, ¿escribían las líneas con base en lo que ya sabían en lugar de ir a documentarse en una biblioteca para hacer esta película?
Ethan: Sí, no hicimos investigación. Sólo lo dejamos fluir: este personaje podría ser esto y esto otro. Tienes que aferrarte a una idea que ha estado sacudiendo tu cabeza en lugar de ir a investigar cosas.
Notamos muchas películas de la década de los cincuenta al ver ¡Salve César!, ¿tienen cierto aprecio por esa era hollywoodense y esos filmes que recrearon: musicales, westerns, espadas y sandalias de época?
Ethan: Sí. Cuando vemos algunas de esas películas pensamos: "Wow, ese nivel de artesanía es fantástico". Muchas de las críticas a ¡Salve César! –buenas y malas– dicen que es una burla, parodia o sátira. ¡Qué carajo! No entiendo eso. Mira el baile de Channing Tatum, no estamos burlándonos, tratamos de hacer un buen número de baile.
¿Se imaginan filmando la película completa de alguna de las cintas que recrean en ¡Salve César!?
Ethan: Bueno, hablamos sobre cuánto disfrutamos hacer westerns con el joven actor Hobie (interpretado por Alden Ehrenreich) como protagonista, tanto westerns de acción como de canto. Y pensamos: "¡Demonios! Tenemos que hacer una película de Hobie Doyle".
Joel: Sería un poco difícil conseguir que se hiciera.
¡Salve César! bromea sobre que los paranoicos de derecha tenían razón en la década de los cincuenta, había guionistas comunistas que trataban de plasmar sus ideas en las películas…
Joel: Sólo porque seas paranoico no significa que no estén tratando de atraparte.
El héroe, Eddie Mannix, es un católico preocupado por su alma y la película comienza y termina con él en el confesionario. Se siente como si quisieras explorar todos los tipos de fe: en la religión, en las películas…
Ethan: Pensamos que haríamos una película sobre el catolicismo, ¿sabes? Ya habíamos hecho una sobre un protestante: Jeff Bridges, en True Grit. Hemos hecho un par peculiar sobre judaísmo.
Joel: Tratamos de hacer referencia a la Santísima Trinidad: Eddie Mannix tiene una línea telefónica directa con su jefe Nick Schenck en Nueva York. Schenck es la figura de dios y Eddie la del hijo de dios, el hijo de Schenck.
¿Quién sería el espíritu santo?
Ethan: ¿El espíritu santo? ¿El estudio tal vez? ¿El cosmo sentero que es el sistema del estudio?
Joel: No trabajamos en esa parte, en una estructura teológica completa.
Ethan: ¡No nos presiones con esa parte!
¡Salve César! celebra la genialidad y la locura de la creación de películas en los cincuenta. Esto los hizo pensar en '¿por qué hemos pasado 30 años haciendo esto?'.
Joel: ¿Por qué hemos pasado nuestra vida entera en este viñedo? ¡Claro! Si gastas tu vida como un plomero, académico o político, luego de tantas décadas de hacerlo, vas a verlo desde una perspectiva diferente.
Ethan. ¡Por supuesto! Cualesquiera que sean tus creencias, tienes la crisis: ¿qué estoy haciendo?